viernes, 23 de febrero de 2018

Mi entrevista a Lolo Mialdea Lozano, montero y escritor cinegético. Revista Trofeo, noviembre 2017

"Me salieron los dientes tirando balas"

Como continuación de la entrevista a Alfonso Aguado Puig, presidente de la Asociación Española de Rehalas, le corresponde el turno a Lolo Mialdea Lozano, un gran amigo y compañero de monterías en muchas ocasiones.

Me cita en su despacho, en su casa de Córdoba, mi ciudad natal, rodeados de recuerdos de caza, libros, fotografías, láminas, armas y trofeos, un ambiente perfecto para hablar sobre la montería, cuya pasión compartimos. 

Para empezar vayamos a lo obvio: ¿Qué significa la caza para ti?

¡Madre de Dios, menuda pregunta! Daría para desarrollar una tesis doctoral, pero intentaré responderte. Para mí, no es ni más ni menos que un modo de vida, una filosofía, pero no se trata de la caza y se acabó, se trata del campo y sus cosas en general, desde estudiar el comportamiento de un arrendajo que le da por hacer cosas raras, a salir a coger espárragos y de paso ir leyendo lo que me dice el terreno. 

No podría vivir sin salir al monte, y si es cazando, en solitario o en la compañía de buenos amigos, tanto mejor. Por otro lado, me resulta terapéutico. Te contaré un pequeño secreto: Cada vez que regreso al ‘mundanal ruido’, como dijo Fray Luis de León, al parar en el primer semáforo de entrada a Córdoba, agarro unas ‘depres’ momentáneas, pero terribles. A veces se me saltan las lágrimas, Félix, a mis casi 60 años. ¿Puedes creerlo? Pero al día siguiente, veo que he recargado las pilas, la energía, las ganas de vivir y de hacer pequeños nuevos proyectos. 

Por último, te diré que vivir un lance, aunque no pase del ‘arrollón’ de una cierva, es a día de hoy lo único que me altera los pulsos hasta ni te puedes imaginar qué punto. Es pasión, ¿comprendes? Algo casi místico para mí. 

Tirar y abatir la res es casi accesorio, aunque si se juega bien la suerte es una alegría inmensa. Luego, si en mi mano estuviera, les devolvería la vida a los animales, mas la muerte es consustancial con la caza, como lo es en todos los órdenes de la fauna silvestre, y, si me apuras, de la vida toda.


Lolo en un momento de la entrevista en su casa de Córdoba

¿El cazador nace o se hace?

Esto sí que lo tengo claro. Yo creo que todos llevamos en los genes el acervo de miles de años como predadores, pero en la sociedad actual, más que en ningún tiempo, unos lo desarrollan y otros no.

Mas, volviendo a lo que persigues con tu pregunta, es evidente que el que nace entre armas, perros, olor a pólvora y casi aprende a hablar oyendo a sus familiares de caza, lleva mucho adelantado. El modo de entender y hacer las cosas, haber mamado la tradición, la educación en el monte…


Es evidente que si tienes esos genes dominantes, te pondrán en la senda correcta. Pero mucho ojo, también he conocido, y cazo con alguno de ellos, hombres y mujeres que, sin haber gozado de tales ventajas, han llegado a ser grandes cazadores y monteros, con sapiencia y saber estar, situándose al nivel de los mejores.

Es posible que cierto tufillo delate al cazador de cuna, pero hay que ser un perro con muchos vientos para notar la diferencia.

¿De dónde te viene la afición a la caza?

Bueno, tuve la fortuna de nacer en esto. Siempre he dicho aquello de «me salieron los dientes tirando balas».

Mi padre, sin ser cazador de escopeta, era un gran aficionado al campo y muy paciente. Mis abuelos eran ambos cazadores, e incluso llegué a acompañar al paterno, Manuel como yo, a colgar el pájaro siendo un renacuajo.

Pero fueron mis tíos Andrés y Benito, Beni para el mundo de la montería, los que me hicieron ser el cazador que soy hoy. Cada uno a su manera, fueron auténticos maestros.

Por lo demás, a lo largo de mis primeros años –ya me llevaban a montear a los 6– conocí e intimé con personajes auténticamente grandes, desde furtivos a guardas pasando por perreros, pastores, piconeros y extraordinarios monteros.

Momento de la firma de libros en la montería Las Mesas

¿Tiempos pasados fueron mejores?
Ya sé por dónde vas y me voy a mojar, amigo Félix, pero te advierto que te hablaré con el sentimiento, con el corazón más que con la razón, máxime cuando tengo la sospecha de que la cacería, tal y como la conocemos, si no del todo, está corriendo un cierto peligro de muerte.

Sí, amigo, estamos viviendo los estertores de la caza entendida tal y como la conocieron nuestros clásicos. Los tiempos de CovarsíYebesUrquijo, o de mi amigo y paisano Mariano Aguayo, no volverán.

Es cierto que existen algunas casas y fincas donde se montea aún a la antigua usanza, pero eso morirá con nosotros porque, aunque hay una cantera inmejorable de vástagos, las circunstancias, las leyes y la sociedad en sí no los van a dejar desarrollarse como nosotros, y tú lo sabes bien. Los movimientos animalistas nos llevan la ventaja de la mala leche.

La sapiencia y el tiempo que tienen para dominar las redes sociales no los tenemos nosotros. No tienen otra cosa que hacer, da la impresión. Viven muchos del cuento y las subvenciones…, y tienen el apoyo de los políticos salvo rarísimas excepciones; y, como no nos hemos sabido explicar ante nuestros conciudadanos, también tienen los votos. Como digo, es una batalla quizás perdida a medio plazo, pero ni tú ni yo veremos el funeral, Deo gratias.

¿Cómo vamos a volver a vivir aquellas armadas puestas con caballerías porque no había carriles ni casi coches camperos? ¿Cómo resucitar aquellos serreños que ejercían de postores o aquellas interminables recuas de burros y mulos con habilísimos arrieros? Qué va, aquello se acabó. Siento ser tan claro, pero es lo que siento.

Ojalá pudiera hacer comprender al gran público que sin cazadores no tendríamos la extraordinaria riqueza de la que gozamos y, lo que es más importante, la conservación de nichos ecológicos vírgenes hoy convertidos en parques nacionales o naturales, hiperprotegidos y –por eso mismo– condenados.

El monte es algo dinámico donde el hombre jugó y debería jugar un papel fundamental que se le está hurtando. Ahora pastores, ganaderos, pescadores de ribera se ven sustituidos por agentes medioambientales, muchos de ellos buenísimos, y gentes subvencionadas y totalmente desconocedoras de la dinámica de la flora y fauna.

Un desastre, vive Dios. Repito, ojalá naciera un cazador con la capacidad de comunicación de un Félix Rodríguez de la Fuente, pongamos. Sería nuestra última esperanza.

Montero, organizador, capitán de montería, rehalero, cazador, escritor cinegético… ¿Con qué faceta te quedas?

Pues con todas ellas, Félix, pues de todo he ejercido. Ante todo y sobre todo, soy montero a secas, bueno o malo no lo sé. Testimonio he dado escribiendo sobre ello y a vosotros os corresponde juzgarme.

He sido organizador y capitán de montería muchas veces, y todas sin ánimo de lucro, y me ha dado esta faceta muchas más satisfacciones que disgustos, al contrario de lo que suele suceder.

Creo que mi secreto siempre fue no engañarme a mí mismo, ser consciente de los recursos de que disponía, haber leído bien las manchas, elegir buenas rehalas y nunca pocas… y dejarme el pellejo en el asunto. Ahora disfruto colaborando donde puedo o me dejan y charlando con los que están en el ajo.

Rehalero lo fui ciertamente, no titular pues ahí anduvieron mis tíos, pero el que bregaba con el asunto era yo y, claro está, Gabino, perrero a la vez que guarda de Las Mesas, donde teníamos las perreras. Conocía cada perro por su dicha en el campo y su carácter en la perrera y acollerado.


La rehala de Lolo en 1986, monteando Mesas Altas de Prieto.


Muchas veces era transportista pues nos fallaba el Pistolas, nuestro camionero. Hasta me he comido los polvorones echando la caracola la noche de Navidad. He entrado muchas veces con mis perros a batir el monte y para mí queda la satisfacción de rematarle algún que otro cochinaco a mis valientes…; y ellos sí que me dieron alegrías inmensas y disgustos horrorosos cuando alguno se dejaba la vida en cumplimiento de su deber.

Recuerdo como si estuvieran vivos a Ligero (así se llama mi ‘perrete’ actual), CampiCharliTurcoManoloPalomilla y tantos otros de los que guardo fotos. ¡Va por ellos y por ellos habría dado mi vida!

Aquello se acabó porque no era operativo tener los perros tan lejos de casi todos lados. Hubo un renacer con Rafalín, hijo de Gabino, y estuvo bien mientras duró, pero también acabó por los mismos motivos.

Y, por supuesto, no soy solo montero. Me gusta y practico cuantas modalidades de caza se tercian. Ojeos, caza a la mano hasta que perdí las rodillas, recechos al conejo y una pasión casi irredenta al tiro a la pluma en el paso. Palomas, tórtolas y, sobre todo, zorzales me vuelven loco.

Para nada desmerecen estos cazadores de escopeta y perro al mejor de los monteros.

Mi faceta como contador de historias, pues no me atrevo a llamarme escritor, me ha dado muchas sensaciones contradictorias, pero solo quiero recordar lo bueno, sobre todo mi cerrada colaboración con algunos amigos y directores de la revista Trofeo Caza que considero mía.
40 años monteando narrados en primera persona triunfó por todo lo alto e incluso mereció ser prologado por Mariano Aguayo.

Mi segundo libro fue La montería española, que escribí a requerimiento de Trofeo, que lo regaló con uno de sus números dentro de la colección Cuadernos de Caza. Lo mejor de él fue su gran tirada y el hecho de que pude describir, tal y como yo la entiendo, esta forma nuestra de cazar. Yo lo llamo mi librito, pero solo por su tamaño, y no porque lo piense; además son muchos los viejos monteros que comulgan con mi punto de vista absolutamente. Realmente valió la pena.

Escribí muchísimos artículos para Trofeo y otros medios especializados, y tengo en mente editar algún día otro libro, que será el compendio de todos ellos más los que escribí para mi propio blog: El blog de Lolo Mialdea, valga la redundancia.Y en ello sigo, fundamentalmente porque creo que es mi deber dar testimonio del tiempo que me ha tocado vivir.

Otro momento de la entrevista


Este nuevo proyecto que te tiene tan ocupado es un nuevo libro. ¿De qué trata?


En efecto, no vas desencaminado. Muy, muy pronto, verá la luz mi tercer libro, que se titula Desde el 2 de Los Caserones y que trata de mi paso por Las Mesas.

Así como el primero tenía cierto carácter autobiográfico, en este voy al grano, por supuesto siempre en primera persona y por derecho, y relato por orden cronológico 118 sucedidos en sendos puestos de montería, que por una u otra razón he considerado reseñables o interesantes.

En cada capítulo veréis la fecha, la finca y la mancha, incluso el número del puesto que ocupé. Me he basado en mi diario de monterías, luego los datos son absolutamente fiables. Reconozco que, como con el anterior, lo di a leer a un par de amigos fieles y críticos, lectores ávidos de todo lo que se escribe sobre caza, y en sus opiniones supera al primero aunque yo no termine de creérmelo. Eso me ha dejado muy tranquilo respecto a sus bondades.

Ciertamente son relatos descarnados en muchos casos, como vividos a la vez que escritos; y, como quiero llegar al mayor número de lectores, este no será un libro de lujo, sino una edición mucho más barata, aunque igualmente cuidada y de total calidad en cuanto a materiales.


¿Qué más puedo decir? Es como mi hijo, mi creación, no voy a hablar mal de él, ¿verdad? Verás, hay otro motivo y te lo diré leyéndote al pie de la letra algo escrito en la introducción:



«Lo que sí he decidido es publicar estas historias para que no se pierdan en quién sabe dónde. Creo que cada cual debe dar testimonio de lo vivido en la caza, pues a algunos les gustará leerlo».



¿Te gustaría añadir algo?

Poca cosa, amigo Félix, quizás solo que deseo fervientemente equivocarme en mis malos augurios. Es más que posible que sean neuras de un montero nostálgico, y que la caza, de un modo u otro, sí que saldrá adelante, y te lo digo desde lo más profundo de mi corazón.

Y por supuesto mandar un saludo a las gentes de Trofeo, directivos y lectores, a los que tanto debo y a los que prometo, aunque no con la frecuencia de antes, algún que otro ‘articulejo’ que considere realmente bueno.

Muchas gracias, Lolo, por tu generosidad; como siempre, ha sido un inmenso placer charlar contigo, y ¡enhorabuena por tu nuevo libro! Ya tengo ganas de leerlo.

A ti y a Trofeo, como no podía ser de otro modo.

Félix Sánchez Montes
seccionmonterias@edicionestrofeo.es

Lolo Mialdea firmará, en exclusiva, su último libro, en que soy el prologuista, en el Stand de Trofeo Caza en Cinegética

“Desde el 2 de Los Caserones”


En esta su tercera obra tras “40 años monteando narrados en primera persona” (Impr. Rayego 2011) y “La Montería Española” (Ed. América Ibérica S.A./Trofeo 2011), el autor, aun siguiendo su particular y directo estilo, se centra en la narración de lo ocurrido en 118 puestos de montería seleccionados siguiendo el orden cronológico y añadiendo datos como fecha, finca y mancha, y ello sin concesiones a la galería y con su estilo vívido y directo.

Como el mismo dice en la introducción:

“Siendo así, quiero que sepan, amables lectores, que mi intención es la de narrar lances que, por una u otra razón, merezcan resaltarse y dejarme de fincas, personajes o geografía. ¡Vamos, ir al meollo de la cuestión!”

Dice de él su prologuista, Félix Sánchez Montes:

¿Qué decir de Lolo que alguien no conozca aún? Lolo es, como se decía antaño, un contador de historias, ya sea de manera oral o escrita. Tiene el don de atrapar a su lector desde la primera sílaba para transportarle a una emocionante aventura, pero ante todo y sobre todo, Lolo es una de esas rara avis de la que nadie habla mal, tal como le definió una persona que aún no le conocía personalmente y que me pidió que les presentase mientras andaba por nuestra ciudad natal, Córdoba. Que frase más simple parece para tan enorme hazaña, pues no es nada fácil lograr algo así.

Lolo Mialdea es uno de los más estrechos colaboradores de la revista Trofeo Caza, por este motivo ha elegido el stand que la revista tiene en la feria Cinegética 2018, que se celebrará en Madrid del 01 al 04 de marzo, para firmar en exclusiva su último libro “Desde el 2 de Los Caserones”

Lolo Mialdea firmará su libro a todos los que os paséis por el stand 451 “Revista Trofeo Caza” 
El viernes 02 de marzo de 13:00 a 14:30 y de 17 a 18:30 
El sábado 03 de 13:00 a 14:30 

¡NO DEJES PASAR ESTA GRAN OPORTUNIDAD!



lunes, 12 de febrero de 2018

"Entrevista a Alfonso Aguado Puig, presidente de la Asociación Española de Rehalas, “Si no hubiera rehalas, habría que inventarlas”. Publicado en la web de Trofeo. 24 enero 2018


Entrevista a Alfonso Aguado Puig, presidente de la Asociación Española de Rehalas.

“Si no hubiera rehalas, habría que inventarlas”

Iniciamos con esta, una serie de entrevistas a personas relevantes dentro del mundo de la montería y la rehala. Monteros, rehaleros, perreros, capitanes de montería, mujeres rehaleras y monteras, guardas, escritores, dibujantes y pintores cinegéticos, presidentes de asociaciones de caza y federaciones, personal auxiliar y un largo etcétera que componen el mundo de la montería, y que tienen un sitio destacado dentro de esta sección de monterías. 


Hemos quedado con Alfonso Aguado Puig, Presidente de la Asociación Española de Rehalas (AER), en su sede de Sevilla, para charlar de rehalas su gran pasión y del que es un reconocido experto, por sus publicaciones en libros y revistas especializadas en el tema, aparte de tener una rehala en activo, compuesta principalmente de podencos paterninos, con la que montea todas las temporadas. 

La AER, en la actualidad con más de un millar de socios en constante aumento y ditribuídos por toda España, ha sido pionera en la creación de Secciones dedicadas a los Jóvenes Rehaleros y a la Mujer Rehalera, que buscan el fomento en el relevo generacional y la integración de la mujer en este colectivo, respectivamente, aparece en el panorama cinegético español en la temporada 1996/1997 respondiendo a una necesidad del mundo de la rehala: la unión entre sus miembros. 

Lo que comenzó, como una reunión de unos 25 rehaleros y aficionados en un restaurante de carretera entre Soria y Guadalajara, encabezados por la figura de su primer Presidente, Jaime Cortecero, se fue consolidando posteriormente bajo la presidencia de José Luís Domínguez a partir del año 2000, en una expansión por todo el territorio nacional. 

Desde esa fecha, ha encabezado muchos proyectos y realizado actividades destinadas a poner en valor de forma independiente, la figura de la rehala y del rehalero. Fundamentalmente, la actividad de la AER se ha centrado en el mejor asesoramiento y formación posible de los rehaleros en el cumplimiento de las muchas, diversas y dispersas normas legales, que nos afectan y que varían en el tiempo y en el espacio a una velocidad muchas veces injustificada. 

No hay que olvidar, que a la actividad de las rehalas, no solo les afecta la regulación cinegética, sino también la relativa en materia de sanidad animal, transporte o núcleos zoológicos, bienestar animal de animales de compañía o en relación con el uso de animales potencialmente peligrosos. 

Para ello ha sido fundamental tejer un sistema de representación territorial lo más completo posible y contar con una Junta Directiva, dispuesta a trabajar de forma incansable en la defensa de la rehala, innovando en proyectos socio-culturales que mejoren la imagen del rehalero y de la rehala y mostrar la grandeza y sacrificio de esta afición a una sociedad cada día más alejada de la realidad cinegética. 

Entrevista 

Buenas tardes Alfonso, ante el inicio de una nueva temporada montera y desde tu visión como Presidente de la Asociación Española de Rehalas, 

¿Cómo se presenta la temporada para las rehalas? 

En estas fechas, lo principal para el equipo de la Junta Directiva de la AER, es que nuestros socios salgan al campo lo mejor asesorados respecto de la legalidad vigente en cada autonomía y con los perros en el mejor estado. A partir de estas premisas, la temporada debe ser para los rehaleros y para nuestros perros la época del disfrute de nuestra afición. Debemos transmitir, todo el trabajo que hay detrás de una rehala durante la época de veda y por parte de nuestros delegados en defensa de nuestros asociados. Esos son nuestros principales objetivos de cara al inicio de esta nueva temporada. 

¿Principales problemas con que se encuentran las Rehalas? 

Fundamentalmente, los rehaleros nos seguimos quejando de la legislación a la que estamos sometidos. Partimos de la base, de que en materia de transporte existe un control excesivo que la propia Administración tiene problemas para cumplir. Respecto de las normas de bienestar animal, hay una auténtica avalancha de modificaciones legislativas en las comunidades autónomas, que tiene como consecuencia una fragmentación aún mayor de las obligaciones del propietario y sobre todo, lo que más nos preocupa, es que la mayoría de estas modificaciones legales proponen un sistema en el que no se tiene en cuenta un aspecto fundamental, que es la utilidad y destino, en este caso, de los animales en general y de los perros de rehalas en particular. Un régimen, que limite o prohíba su uso tradicional, privará a los animales de su utilidad, como paso previo a su desaparición. Una paradoja para una Ley de protección animal. 

¿Qué medidas ha tomado la AER para solventar estos problemas? 

Desde la Asociación Española de Rehalas, prestamos especial atención a todas estas reformas en las que actuamos en distintas fases. En primer lugar, durante su elaboración, formulando alegaciones a los borradores que se someten a información pública y solicitando reuniones con los responsables de la tramitación de estas normas. A continuación, analizamos el contenido de las normas definitivas una vez que se publican en los diarios oficiales, de tal manera, que si su resultado no es conforme con los intereses de nuestros asociados y de la actividad, proceder a su impugnación. A partir del momento en que una norma es definitiva y de obligado cumplimiento, nuestra función consiste en formar a los rehaleros de su contenido ya que somos los primeros interesados en cumplir la Ley. 

Por último, no nos duele en prenda echarnos a la calle si la ocasión lo requiere, no solo en defensa de nuestros intereses, sino por solidaridad con otros colectivos, como ocurrió con la manifestación en defensa del silvestrismo, organizada por la Federación Andaluza de Caza o la de la Plataforma de la Pesca en Madrid. 

Sabemos, que cuando atacan a alguna actividad del Mundo Rural, nos están atacando también a nosotros y ha llegado la hora de tomar iniciativas. 
¿Qué acciones, se van a realizar a favor de nuestra práctica? 

La primera reacción, ante la situación que venimos padeciendo todos los sectores del Mundo Rural, debe ser la unión del colectivo, creando un frente común. En este sentido, apostamos por la necesidad de crear un lobby de presión bien organizado y que se está materializando en la Alianza Rural. Esta plataforma, ya ha celebrado varias reuniones, se van incorporando más entidades y está en pleno proceso de consolidación. Todos debemos apostar por utilizarla, para transmitir nuestras reivindicaciones, pero también debemos aprender a vivir en esta nueva comunidad, lo que obliga a un esfuerzo suplementario de todos, empezando por incrementar y mejorar la comunicación. 

¿Cuántos recursos interpuestos por AER están en marcha en las distintas comunidades? 

Actualmente, y tras el rotundo éxito de nuestro recurso contra el Plan de Caza de Aragón, no tenemos ningún recurso contencioso administrativo en vigor. No obstante, asistimos con bastante preocupación a las diversas reformas legales que se están produciendo en comunidades como Madrid, Galicia o Castilla La Mancha, por ejemplo. No cabe la menor duda, de que si el resultado final es desfavorable y tenemos la oportunidad procesal, impugnaremos cualquier norma que limite o prohíba el uso tradicional de los perros de caza en general y de las rehalas en particular. 

¿Qué medidas legales se van a realizar desde la asociación para esta temporada? 

Como decía, vamos a mantener la presión en aquellas comunidades, en las que se están produciendo reformas legales para que el resultado sea comprensivo con nuestra afición y no suponga una limitación. No nos vamos a conformar con cualquier producto. Conocemos nuestros derechos, contamos con una eficiente asesoría jurídica y vamos a darlo todo en defensa de nuestra afición. 

¿Qué piensas que va a ocurrir con los apoyos políticos en un futuro inmediato? 

En mi opinión, desde el sector político, se está analizando con bastante interés, el proceso de unión que se está llevando a cabo en torno al mundo rural. Esta plataforma, reúne a personas que viven o pretenden vivir del campo, mantener sus tradiciones y sus aficiones, que son, las que dan a España, una identidad propia. 

La mayoría de fuerzas políticas, saben que esta “gente tranquila”, que trabaja, produce y paga sus gastos con el sudor de su frente, está cansada de que nos engañen y que en lo nuestro, pretendan mandar otro tipo de gente diferente, que son muchos menos en número, que no se juega más que el negocio que supone dejar el campo abandonado, para que ellos aparezcan como los salvadores, eso sí, previo pago de su importe. La gente tranquila somos muchos y tenemos mucho en común. 

Si los partidos tradicionales no saben interpretar esta realidad, prosperarán nuevas formaciones, como ha ocurrido en otros países y, dependiendo de sus líderes, es posible, que el mundo rural llegue a tener una representación parlamentaria propia. Ésta es, una prueba de madurez democrática que tenemos que afrontar en España. 

El futuro dirá. 

¿Crees que existe unidad entre los distintos estamentos de la caza? 

Creo que es un buen momento para trabajar en ello y desde la AER, no perdemos la ilusión en trabajar a favor de esa unidad. La Alianza Rural es el soporte ideal y para ello, el mundo de la caza debe mostrar unión. De hecho, en una crítica constructiva, debemos reconocer que la falta de unión en el mundo de la caza ha provocado, tiempo atrás, un cierto retraso en la puesta en marcha de la Alianza Rural. Todos los representantes de federaciones, asociaciones, etc. que representan algún sector de la caza, debemos sacrificar intereses en favor de este proceso de unión, conscientes, de que merece la pena y además, nos lo exigen nuestros representados. 

Nadie es la Caza, pero todos formamos parte de ella. 

La AER es una promotora del Proyecto para declarar a la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en Andalucía (Proyecto BIC Andalucía), ¿cómo ves su resolución? 

Tenemos muy claro desde el principio, que la montería española y la rehala, son dos instituciones únicas, con un peso cultural enorme. Poner en valor este aspecto, ha sido nuestro objetivo, desde que hiciéramos las primeras gestiones en el Ministerio de Cultura en 2015, coincidiendo con la primera conferencia que organizamos al respecto en Cinegética Madrid, a cargo del antropólogo François Zumbhiel. 

El proceso en Andalucía, ha sido un ejemplo de unión y ha estado abierto a la participación de cualquier entidad que así lo ha deseado. En este sentido, debemos felicitarnos por la labor de los tres promotores del proyecto, la Federación Andaluza de Caza, Ateca y la Asociación Española de Rehalas. 

El informe científico, elaborado por el equipo del profesor Palenzuela, está en la Consejería de Cultura desde el pasado 27 de julio y esperamos tener noticias en breve desde la Administración. El peso, del apoyo popular y político que ha tenido este proceso, merece una pronta y favorable resolución. 

Proyecto BIC en Extremadura, ¿Cuál es la participación de AER? 

Desde el momento en que el gobierno regional de Extremadura, ha dado síntomas claros de defensa de la caza, hemos visto que llegaba el momento de poner en marcha esta iniciativa. Así se lo hicimos saber al Presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, con quien formamos en la actualidad un tándem de trabajo para poner en marcha el proceso. 

Debemos decir, que en la reunión con el Presidente de la Junta de Extremadura del pasado 19 de julio de 2017, sacamos una opinión suya muy favorable al proyecto. El BIC en Extremadura, está en un momento ilusionante, ya que contamos con la experiencia del proyecto en Andalucía, un apoyo político decidido y una Federación Extremeña de Caza, comprometida con el proyecto. 

Ahora queda abrir la posibilidad de participación al colectivo en Extremadura y dejar que los investigadores hagan su trabajo. Si se mantienen las condiciones actuales, estamos seguros, de que el resultado se producirá en un plazo medio y será favorable. 

¿Cuál ha sido el papel de AER en el nuevo Reglamento de Ordenación de la Caza (ROC) de Andalucía? 

Como miembro de la Mesa Andaluza en Defensa de la Caza, hemos participado en el equipo de trabajo, que colaboró con la Consejería de Medio Ambiente en la redacción del texto, centrando nuestra aportación en aquellos aspectos relacionados con la rehala y su participación en la montería. 

Si bien nos hubiera gustado, que hubiese recogido con mayor detalle algunas propuestas, sobre todo en materia de seguridad de perreros y perros, no es menos cierto, que prácticamente el resto de nuestras propuestas han sido recogidas en el reglamento definitivo. 

Fundamentalmente, la definición de rehala supone un éxito sin precedentes en la legislación cinegética española. La ampliación del número de perros a utilizar de 24 a 30 lo consideramos otro logro, que permite sacar cachorros sin mermar la calidad de la rehala. 

Éstas y otras novedades, están siendo ya objeto de programas de información a los rehaleros andaluces, con suficiente antelación al inicio de la temporada cinegética. 

¿Cuál crees que es el futuro de las rehalas? 

Tal y como están las cosas, el futuro depende de nosotros mismos, de la presión que hagamos como colectivo y de la imagen que demos a la sociedad. Por ello, ahora más que nunca, pienso que el rehalero, tiene que implicarse en la defensa de su afición, involucrarse en todas las actividades que se organicen y hacer de su perrera el mejor ejemplo de lo que debe ser un buen aficionado. 

La caza con rehala, no solo es una actividad tradicional que nos identifica, además, es una modalidad de caza con perro, que nos proporciona el campo de trabajo perfecto para la selección de razas autóctonas, una actividad que engancha a todo el que la prueba, y que además, es absolutamente necesaria, para el control de determinadas poblaciones de animales silvestres, que causan daños a la agricultura y pérdida de biodiversidad. 

Si no hubiera rehalas, habría que inventarlas. 

¿Desearías añadir algo más? 

Quiero aprovechar, para recordar la figura de José Luís Domínguez Torres, que ha sido nuestro Presidente muchos años y figura esencial no solo para la Asociación Española de Rehalas, sino para la afición en general de la caza en España. Su inesperada pérdida a primeros de agosto, ha puesto de luto a la AER y permanecerá en nuestro recuerdo indefinidamente. 

Por último, quiero destacar el incansable trabajo de todos los representantes de entidades del sector cinegético, los cuales me consta que, cada uno en el ámbito de sus competencias, desarrollan una labor imprescindible en defensa de nuestra actividad, muchas veces callada y poco conocida, otras veces incomprendida y criticada. Sin su trabajo diario y su compromiso, en favor de todos los cazadores, probablemente hablaríamos de la caza en España, como de un recuerdo. Por el mero hecho de asumir su responsabilidad, merecen el respeto de todos y por mi parte quiero expresar mi reconocimiento a su labor. 

Muchas gracias Alfonso, ha sido un placer charlar contigo, espero que los problemas por los que pasan las rehalas, y la caza en general, se vayan solucionando de una manera eficaz, por el bien de la montería y de nuestra afición.

Sevilla, octubre 2017

Félix Sánchez Montes

"Rehalas, el alma de la montería". Publicado mi artículo en la web de Trofeo. 3 octubre 2017


Rehalas, el alma de la montería

La montería tradicional depende de las rehalas, sin ellas no existiría y es la afición de rehaleros perreros, auxiliares y perros lo que permite disfrutar al montero. Relato que demuestra la importancia de las rehalas en el éxito de la montería.

El día se presentaba frío y lluvioso, aunque por fortuna con muy poco viento. Aún no se habían escuchado disparos en el monte, a pesar de haber soltado las rehalas hacía ya un rato por delante de mí; es lo que tiene que te toque un puesto de una armada de recula, en los que se supone que serás de los primeros en ver las reses, aunque hoy no parecía ser el caso.

La mancha estaba muy tomada por las reses, por lo que se había tenido la precaución de montar la armada muy temprano, ya que, al tratarse de una finca abierta, se corría el peligro de que se vaciase. 

Enfrente, un monte muy espeso de madroñas, jaras y lentisco, y a mi izquierda, un pequeño cortadero por el que esperaba que cruzasen las reses, a poder ser, un buen navajero que me quitase el bolo que llevaba arrastrando toda la temporada. De repente, y muy cerca de mí, un ‘atravesao’, del que solamente distinguía su capa blanca y negra en el lomo, se puso a latir de parada; sus ladridos alegraban la sierra y atraían a más perros de la rehala; al momento se formó una gran algarabía alrededor de un lentisco donde, enmontado en su encame, un solitario se resistía a abandonar su refugio, haciéndole cara a los perros. 

Un arrollón en el monte y el abaleo del cochino mientras rompía monte, y la ladra de huida me indicó que el marrano se me echaba encima sin ventearme. Fue aparecer el cochino en el cortadero y voltear el viento, dando un tornillazo y volviendo sobre sus pasos, pero ya estaba yo preparado; y tras meter la cara y correr la mano le solté un tirazcón a tenazón, viendo como lo alcanzaba certeramente. 

Aun así, le dio tiempo a internase en el monte, ¡qué duros que son estos guarros!, seguido muy de cerca por los perros; al momento, un latido de parada y el agarre; el navajero intentaba defenderse de los perros asestando cuchilladas a su alrededor, mientras no dejaba de gruñir. El perrero, que acudió rápido, dio fin a la vida del jabalí con un certero remate. 

Le pedí que marcase la res y, tras ello, se acercó al puesto para indicarme que se trataba de un buen macho; le ofrecí agua y tras beber un trago me dijo que no estaba mal para empezar el día. 

Todo este lance no hubiese tenido lugar sin la intervención de la rehala, sin lugar a dudas el alma de la montería. Y también lo es en las demás modalidades venatorias, en la que los perros están presentes. Sin el apoyo de estos sería imposible montear. 

El binomio monteros-rehaleros hace de la montería tradicional lo que es, algo único y original en el mundo.


Félix Sánchez Montes