lunes, 30 de marzo de 2020

Ha fallecido Pedro Castro, Periquillo, histórico podenquero de la rehala de Valdueza. D.E.P. En su homenaje os invito a descargar gratis su libro "Ecos del monte"

Me acaba de llegar la triste noticia del fallecimiento en el día de ayer, 29 de marzo de 2020, por coronavirus de una de las leyendas de la montería española: el mítico Pedro Castro, "Periquillo".

Ha sido sin duda Pedro Castro, “Periquillo el de Valdueza”, el mejor podenquero que ha pisado nuestras sierras desde que la montería es considerada como tal, y el gran responsable de que la rehala del Marqués de Valdueza adquiriera un nivel y una consideración sin precedentes en el mundo de la caza mayor en España.


Su nombre quedará incluido con letras de oro entre los Grandes de la Montería Española.

Blog Monteros traslada su pésame a su familia y amigos. Descanse en paz.


¡Gracias Maestro!.













viernes, 20 de marzo de 2020

Rutas Cinegéticas. ABC de la Caza. Mis primeras 13 rutas publicadas (desde marzo 2019 a marzo 2020)

1.- Sierra de Hornachuelos, la cuna de la montería.



Enlace web ABC

2.- Sierra de Cardeña y Montoro, tradición montera. 





3.- Sierra de Andújar, capitalidad de la montería. 




4.- Sierra Morena cordobesa: de Hornachuelos a Cardeña y Montoro. 







5.- Sierra Morena cordobesa, del Guadiato al Bembézar. 




6.- De Somiedo a Babia, un paraíso natural. 




7.- Freser-Setcases, en la tierra del sarrio. 




8.- Valle de Alcudia, de Fuencaliente a Almadén, Sierra Morena manchega. 






9.- Bardenas Reales de Navarra, el desierto del norte. 




10.- Monfragüe, paraíso de la dehesa extremeña.





11.- Sierra Espuña, los arruís de Europa. 







12.- Sierra de Gredos, el feudo de la cabra montés. 






13.- Sierra de Ancares, en tierra de lobos. 




lunes, 16 de marzo de 2020

Descarga gratis el libro "Narraciones de Caza Mayor en Cazorla", para poder pasar mejor el tiempo de espera. #yomequedoencasa y ayudar a que no se expanda el coronavirus. #blogmonteros




Juan Luis González-Ripoll

Narraciones de caza mayor en Cazorla.
Relatos de antiguos cazadores furtivos y Guardas del Coto Nacional


Las narraciones que componen este libro han sido escritas sobre la base de relatos auténticos y testimonios directos de personas reales. Las cosas que se cuentan ocurrieron efectivamente; los nombres que se mencionan pertenecen a seres que viven o vivieron.

La acción transcurre en la Sierra de Cazorla, provincia de Jaén, en la vasta zona que actualmente ocupa el Coto Nacional. Sin embargo, a veces el hilo de las narraciones coge ramales insospechados que nos llevan más lejos aún, adentrándonos en la provincia de Granada, hasta tierras de Castril o de la Puebla de Don Fadrique, en las estribaciones de Sierra Nevada.

El libro está dividido en dos partes, atendiendo a una marcada diferenciación cronológica y ambiental: Los tiempos antiguos, la primera; El Coto Nacional, la segunda.

Las narraciones incluidas en la primera parte se refieren a un estilo de vida ya caducado, que puede parecemos muy arcaico, pero que, no obstante, ha tenido vigencia hasta hace pocos años.

En la parte segunda —El Coto Nacional— corren aires nuevos. Desaparecen las escopetas de chimenea y les llega el turno a los rifles de mira telescópica. Los antiguos furtivos se convierten en guardas, después de firmar un armisticio con las reses del monte. Todo se hace de forma reglamentada y aséptica. Ya no se caza al animal por su carne: nadie piensa en la pierna del macho montés guisada con orégano y mucha cebolla, sino solamente en el trofeo de su cuerna en forma de lira. Todo cambia radicalmente, salvo los animales del monte. 

Sin duda uno de los libros más amenos de caza que he leído.

*Libro proporcionado por el equipo Le Libros. http://LeLibros.org/

sábado, 14 de marzo de 2020

¡Qué viene el lobo! 40 años sin Félix Rodríguez de la Fuente.

Hoy 14 de marzo se cumplen 40 años de la muerte, por un fatal accidente de aviación, del gran defensor y divulgador de la naturaleza que fue Félix Rodríguez de la Fuente.


Este naturalista, cetrero y cazador en su juventud (no lo olvidemos), fue el responsable directo de que el lobo ibérico no se extinguiera en la península. Su defensa a ultranza del lobo en sus programas en la televisión, logró cambiar en gran parte de la población española la idea negativa que se tenía sobre este animal, denostado por muchos y defendido por unos pocos.



El paso de los años y este cambio de mentalidad logró que las poblaciones de lobos se fuesen recuperando en España y en un momento dado se permitiese su caza controlada al norte del río Duero.


Este aumento de la población de lobos, que cada día que pasa colonizan nuevos territorios, ha traído como era de esperar problemas. Los ganaderos han visto cómo sus cabañas de animales han sido atacadas y en muchos casos
sufriendo bajas. 



Es indudable que el lobo debe de existir como componente de nuestra fauna, pero bien gestionado. Ya he dicho muchas veces, que en mi opinión, el cazador es el primer ecologista de acuerdo con la definición de esta palabra por la RAE:
Ecologista.

1. adj. Que propugna la necesidad de proteger la naturaleza.

2. com. Persona que es partidaria de la defensa ecológica.



La administración, como siempre, estuvo lenta a la hora de resarcir los gastos ocasionados con el pago de ayudas, y por lo tanto el desánimo cundió entre los ganaderos, al ver que perdían sus animales por los lobos y no conseguían recuperar el valor económico de estos.

Revista Caza y Pesca. 1974


Por otro lado surgieron muchas asociaciones y grupos ecologistas, muchos de ellos serios, que abogaron por una defensa a ultranza de los lobos, pero sin involucrarse en los gastos, con algunas excepciones. Estos gastos, casi siempre, recaen en los ganaderos y en los propietarios de fincas donde habitan los lobos, y de rebote en los miembros de las sociedades de caza.


No vamos a negar que algunas asociaciones ecologistas serias, sí se están involucrando, comprando y arrendando fincas para proteger a especies en peligro de extinción, o haciendo campañas de divulgación.

También existen grupos radicales de animalistas y de pseudo-ecologistas, que afectados por el fenómeno “Bambi”, tienen una visión utópica y sesgada de lo que es la naturaleza y los animales. Estos grupos, como el de Lobo Marley por ejemplo, se han dedicado a acciones radicales en contra de la caza en base a una supuesta defensa de los intereses naturales.

Estos intereses contrapuestos sobre el lobo, en particular, han desatado una campaña en contra de este, contestada de inmediato por campañas a favor de su existencia.



Revista Caza y Pesca. 1960. Noticias sobre lobos




viernes, 13 de marzo de 2020

Mi entrevista en el programa El Morral del Cazador nº 159. 13 marzo 2020



El Morral del Cazador

Muy buenos días morraler@s!! aquí estamos un viernes más. En primer lugar como siempre las noticias semanales de la mano de Cazaworld y en la tertulia hoy vamos hacer resumen y balance de lo que ha dado de si la temporada de caza mayor por toda la península, analizando lo positivo y lo negativo, y lo vamos hacer de la mano de tres buenos amig@s del morral como son Carmen Basarán, Félix Sánchez y Lolo Mialdea, entre los cuatro y desde el morral vamos a escudriñar las sierras y las dehesas para acercaros el balance montero anual. Espero que sea de vuestro agrado.



viernes, 6 de marzo de 2020

Sierra de Ancares. En tierra de lobos. Mi 13º artículo publicado en ABC de la Caza. 2 de marzo 2020.



Boceto de Pablo Capote

RUTA CINEGÉTICA
Sierra de Ancares, en tierra de lobos

Límite natural entre Galicia y Castilla y León, esta impresionante barrera al este de la provincia de Lugo es la entrada del Camino de Santiago en tierras gallegas.


Un ejemplar de rebeco en los Ancares lucenses

Félix Sánchez Montes
02/03/2020 


Ancares es el límite natural entre Galicia y Castilla y León, una impresionante barrera al este de la provincia de Lugo, entrada del Camino de Santiago en tierras gallegas.

Se trata del mayor espacio natural de Galicia: robles, castaños, hayas, avellanos y un paisaje de montaña que, debido a su difícil acceso, ha conservado la belleza de lo auténtico. Territorio del lobo, el gato montés, el jabalí, el corzo y el rebeco, es el último reducto del oso pardo en tierras gallegas.

Con una altura mínima sobre el nivel del mar de 240 metros y cotas de casi 2.000, se caracteriza por unas condiciones de media montaña. El suelo está compuesto por una abundancia de rocas, pizarras, granitos y areniscas que finalmente determinan un grado de acidez que imprime carácter a la flora, en la que predominan los brezales, que cubren gran parte de las laderas de solano del lado oriental. También los castaños, abedules y las «carballeiras» tan propias del interior de Galicia, acompañados, entre otros, por acibros, conviven junto a medios agrícolas y ganaderos.

La Reserva de Caza de Los Ancares lucenses fue declarada como tal en 1966, siendo un referente en la caza del corzo, pero la gran densidad de lobos de la reserva y el parásito Cephenemyia stimulator han hecho que los permisos para su caza hayan pasado de 46 a 0 y que en el proyecto de gestión para el período 2017-2022 solamente se permita la caza de rebeco, jabalí y perdiz roja, sin poderse cazar tampoco la perdiz pardilla. El urogallo también ha desaparecido de la reserva de caza, no así de la zona de Los Ancares, donde antaño era abundante, como certificó en sus escritos José María Castroviejo.

Como recuerdo de una forma tradicional de caza ya desaparecida, estaría el jabalí con chuzo (lanza). Según los últimos datos, correspondientes al año 2017, en esta reserva hay 416 rebecos, 216 jabalíes y 47 bandadas de perdiz roja, con una media de 4-7 ejemplares cada una. La nula gestión del lobo y la prohibición de su caza han propiciado su auge. No obstante, en casos excepcionales, se podrán autorizar batidas de lobo o de zorro. Este supuesto queda limitado al caso de que los depredadores causen daños.

Los rebecos, cuyas poblaciones también han disminuido, se ubican principalmente en las cercanías del pico Tres Obispos, cuya cumbre es su refugio del ataque de los lobos. Los ciervos que un día ocuparon estas tierras también han desaparecido, al igual que los conejos, pero aún se ven algunos grandes jabalíes solitarios hostigados también por los lobos.

En el valle del río Navia existe una de las mejores zonas de caza, desde Navia de Suarna, Villamane o Ponte de Neira.

La espectacular naturaleza de montaña de Ancares-Courel forma parte de los tesoros que Galicia esconde para ser descubiertos. En palabras del poeta Uxío Novoneyra: «Eiquí síntese ben o pouco que é un home...».

miércoles, 4 de marzo de 2020

Este es el balance más completo por zonas de la temporada montera 2019-2020. Mi artículo en Cazavisión. 4 de marzo 2020

UNA CAMPAÑA DOMINADA POR LOS JABALÍES.

Este es el balance más completo por zonas de la temporada montera 2019-2020.

La temporada montera 2019-20 ha tenido muchas luces, pero también algunas sombras. Los jabalíes han dejado grandes resultados y buenos trofeos. Gran campaña para el ciervo, mucho mejor que la anterior. A continuación, todos las claves por zonas.



La ya pasada campaña de monterías y batidas inició su andadura con mucho calor en casi toda España y unos pobres resultados tanto en calidad como en cantidad. El otoño se presentó seco, siendo los primeros fríos de noviembre los que empezaron a animar las salidas al monte. Por su parte, diciembre resultó en general muy lluvioso y enero vino con grandes tormentas de agua y nieve, las cuales disminuyeron en febrero.

Resultados

Respecto al jabalí, se puede calificar como buena la temporada montera recién acabada, con grandes resultados y buenos trofeos en casi todas las zonas. La expansión de los cochinos es innegable, aunque hay una cierta tendencia a buscar refugio en zonas habitadas (sobre todo en Galicia, Cornisa Cantábrica y Cataluña), huyendo así de la presión a la que se ven sometidos. Sigue aumentando también el número de ganchos y monterías en regiones donde no hace muchos años su presencia era desconocida. 

El ciervo ha tenido una gran campaña, mucho mejor que la anterior. Esto se ha notado principalmente en las grandes fincas cercadas y en algunas abiertas, en las que la calidad de los trofeos mejoró ostensiblemente, así como el número de reses cobradas. Como siempre ocurre, allí donde dispusieron de abundante comida y tranquilidad, los venados ofrecieron los mejores registros.

Una buena gestión cinegética y guardería son, hoy por hoy, fundamentales. Cierto que en algunas zonas el número de ciervas cazadas ha sido excesivo, así que si deseamos mantener la calidad y la cantidad de ciervos, es preciso cuidar y gestionar también de manera equilibrada las poblaciones de hembras.



Gamos y muflones han arrojado buenos números y magníficos trofeos, y eso a pesar de que en bastantes fincas cercadas se procedió, en temporadas pasadas, al descaste de los últimos debido a su proliferación.

Resumen por zonas

Andalucía

Muchos cochinos y buenos trofeos se cobraron en casi todas las monterías y ganchos celebrados en Andalucía. Siguen sin resolverse los problemas de la hibridación de los jabalíes en la provincia de Málaga, que va en aumento y se expande a las provincias limítrofes, y algunos casos de enfermedades, como la tuberculosis en franjas muy delimitadas.

La calidad de los trofeos de venado ha sido en general buena pero las cuernas han tenido un grosor inferior a lo que sería deseable, al no acompañar la climatología en la pasada primavera. Se han abatido grandes ejemplares, sobre todo en cazaderos con una cuidada gestión cinegética. La posibilidad de gestionar más eficazmente las fincas cerradas, la alimentación suplementaria durante todo el año y la selección de las reses están logrando unos resultados espectaculares en este tipo de cotos.

Se ha notado más la alegría en la venta de puestos; de hecho, muchas empresas venatorias tenían vendidos sus programas a poco de comenzar la temporada, aunque esta tendencia varió a finales de la misma, quizás debido a la incertidumbre política del nuevo Gobierno.



Si bien en líneas generales ha sido un gran año de venados y cochinos en Andalucía, en terrenos abiertos los resultados no fueron iguales, notándose una campaña más la bajada en las capturas de jabalí y una menor calidad y cantidad en venados. Resultados lógicos de una mala o nula gestión de los mismos. En muchas fincas se ha mantenido un descaste de ciervas excesivo, creo que por razones económicas, debido al alto precio de la carne de venado, y también por las exigencias administrativas de las áreas de titularidad pública, en las cuales una población excesiva de cervuno produce grandes pérdidas en los cultivos agrícolas.

También hemos asistido a un aumento en las poblaciones de gamos y de corzos moriscos, presentes ya en Cádiz, Málaga y Granada y cuyas batidas se dan en este mes de marzo en las fincas gaditanas. En las zonas abiertas de Cádiz las capturas de venado han disminuido, debido quizás a la excesiva presión cinegética ejercida con las ciervas.

Extremadura

El jabalí ha salvado muchas monterías extremeñas. En las fincas abiertas, la cantidad y calidad de venados están reduciéndose. Al final sigue siendo el cochino quien hace cumplir la temporada y salva muchas monterías. El jabalí sigue en auge en Extremadura, pero muchos opinan que es hora de hacer gestión y dejar descansar las fincas al menos una campaña, si no queremos que los resultados empeoren en la próxima.

La cantidad de venados ha sido alta en fincas cerradas, aunque quizás la calidad fue algo inferior a la temporada pasada en fincas abiertas. La especie que ha cumplido todas las expectativas ha sido el jabalí, que incrementa su población en cualquier comarca o zona de Extremadura. Resumiendo, un buen año montero para las sierras y dehesas extremeñas. Sin lugar a dudas la caza mayor sigue en auge en esta autonomía, con variedad y calidad de trofeos.

Castilla-La Mancha

Gran temporada de monterías en esta comunidad autónoma, con resultados positivos en jabalí y buenos venados en las fincas abiertas, notándose una leve disminución en las capturas. Ello puede ser debido al gran número de ciervas cobrado en anteriores temporadas y especialmente en ésta. 



En fincas cercadas, los registros fueron muy buenos en general, y lo mismo en las zonas abiertas de Cuenca y Guadalajara, especialmente en lo concerniente a cochinos. Cada vez es mayor el número de corzos presentes en esta autonomía, abatiéndose magníficos ejemplares.

Castilla y León

Buenos resultados los cosechados en pagos castellanoleoneses, siendo espectaculares algunos trofeos de venado y jabalí cobrados sobre todo por la Sierra de la Demanda. Aumento de las capturas y de la calidad de los trofeos de jabalí y ciervo. El lobo tampoco se ha podido cazar esta temporada.

En Castilla y León resulta contraproducente la discriminación en parques naturales como Sanabria, donde no se pueden celebrar monterías, se limita el número de perros y no se pueden hacer cacerías en condiciones, fomentando de forma antinatural la abundancia de cervuno, que trae consigo problemas sanitarios. Caso contrario es lo sucedido en provincias como Soria, donde el descaste excesivo de ciervas se ha dejado notar en las capturas de venados. Esperemos que la nueva Ley de Caza de la Comunidad que se está tramitando solucione estos problemas.

Cataluña

Abundancia de jabalí y corzo, pudiéndose cazar cochinos hasta este mes de marzo por daños en agricultura. Son pocas las monterías celebradas en esta autonomía, pero el número de batidas jabalineras es cada temporada mayor.

El cochino ha protagonizado un ejercicio venatorio excelente tanto en cantidad como en calidad, cobrándose grandes ejemplares con muy buenas defensas. La abundancia de corzos se deja notar año tras año, siendo ésta una especie en franca expansión en la comunidad catalana (son muchos los vistos y muy buenos sus trofeos). También el ciervo es cada día más abundante, permitiéndose su caza con control.



Levante

Sigue aumentando el número de monterías en esta zona, tanto en fincas abiertas como cerradas. La temporada ha sido buena, con excelentes resultados en fincas abiertas donde antes no se celebraban monterías y las tradiciones y usos monteros son, en general, desconocidos.

Aragón

En la zona de montaña de Aragón las cacerías han estado más flojas en general, viéndose menos jabalíes. Por diversas razones, esta campaña el cochino ha buscado refugio en zonas más bajas, resultando curioso que este año, que había mucha bellota en el monte, haya descendido el número de capturas y la densidad de jabalíes en los cotos. En el resto del territorio la temporada ha transcurrido dentro de la normalidad, exceptuando las fincas cercadas, cuyos números casi siempre han sido muy buenos.

Galicia

Los abates de jabalí fueron abundantes, incluso con numerosos machos a partir de diciembre, de buenos tamaños y bocas. Las batidas de verano se muestran claramente inoperantes (se empieza casi dos meses antes que en el resto de España con la excusa de proteger los cultivos y es peor el remedio que la enfermedad). Seguimos, desgraciadamente, confundiendo superpoblación con traslocación; se molesta demasiado a las hembras en la época de cría, hasta el punto de que se les obliga a buscar tranquilidad cerca de las viviendas y dentro de los cultivos.



En cuanto a ciervas y corzas, sus capturas, necesarias para la salud de las especies, han sido paralizadas este año por la Dirección General de Medio Natural, medida que fue avalada por el Comité Gallego de Caza y la federación autonómica. Las posturas a favor y en contra de esta decisión sin ningún aval científico tienen divididos a los monteros gallegos. La Administración tampoco se ha mostrado muy diligente en cuanto al desarrollo efectivo del Decreto de comercialización de carnes de caza.

Así las cosas, miles de jabalíes son desaprovechados sin sacarles rendimiento y valor añadido a sus carnes, desaprovechando la posibilidad de colaborar con ese valor en el fondo de corresponsabilidad de una Ley de Caza paralizada en su desarrollo. Son muchos los cotos que han llegado a la conclusión de que tienen menos jabalíes pero muchos más daños ocasionados por éstos.

Ceuta

No quiero olvidar a los españoles que montean en estas tierras del antiguo Protectorado Español de Marruecos, donde se sigue practicando la montería con los bravos ‘jalufos’ (jabalíes) de esta zona del norte del actual Marruecos. Para ellos la temporada termina a finales de marzo y sus capturas no tienen nada que envidiar en calidad -no así en cantidad- a las que se logran en la Península Ibérica, aunque es cierto que las limitaciones impuestas por las autoridades marroquíes restringen el número de capturas y solamente se permite usar escopetas en esta modalidad cinegética.

No obstante, las rehalas que mantienen todo el año son muy buenas, con perros de diversas razas que, sin embargo, desarrollan su actividad de forma magistral. Esta temporada he podido ver el resultado de sus batidas, con grandes trofeos de cochinos cobrados a la vieja usanza, en lo abierto y por derecho.

Muy buenos registros en la Zona Norte

Muy buena campaña montera, en particular en la zona sur de Navarra, donde se ha cazado una cantidad muy superior de jabalíes que en años anteriores. Ha habido cochino y, sobre todo, se han cobrado muchos y grandes trofeos en todo el norte. Una de las causas es el aumento de lobos, que al matar muchos jabalíes pequeños y reducirse las piaras, es más fácil que los perros den con los guarros grandes.



Como parte negativa, el aumento de piaras en los entornos urbanos buscando comida y tranquilidad, lo que hace inviable su caza salvo con arco y flechas. En Asturias, como en la temporada pasada, se está poniendo en peligro la pervivencia de los cotos, debido al pago de daños que origina que muchas zonas vayan a quedar libres, porque entre los daños y la presión del lobo, que llega a las ciudades, los acotados no pueden más.

Texto: Félix Sánchez Montes y Francisco Chan (Galicia)
Fotos: Autor, Carlos Rubio, Nadir Ahmed, Francisco Chan y Archivo

martes, 3 de marzo de 2020

La montería y la rehala como patrimonio cultural. Mi fotografía en ABC de la Caza. 2 de marzo 2020


La declaración de la Montería y la Rehala como Bien de Interés Cultural en Andalucía parece más cerca. Para su consecución fue encargado un informe técnico, que su autor resume en ABC.

Fotografía: Félix Sánchez Montes
Pablo Palenzuela
CATEDRÁTICO DE ANTROPOLOGÍA UNIVERSIDAD DE SEVILLA


La práctica de la caza es actualmente objeto de conflicto entre dos formas de concebir la naturaleza y de actuar dentro de ella: la propia del movimiento ecologista/animalista y la de asociaciones representativas del sector cinegético. Los argumentos utilizados en el debate entre defensores y detractores se apoyan recurrentemente en lugares comunes.
Desde las posiciones impugnadoras de esa actividad social, los planteamientos animalistas rechazan frontalmente la violencia que conlleva la muerte de animales silvestres o denuncian el maltrato y abandono de los perros. Por su parte, desde el campo ecologista se resaltan los impactos negativos sobre el medio natural que genera la caza, en especial la de orientación comercial.

Del otro lado, se enfatizan la importancia numérica del colectivo de cazadores/as así como el efecto positivo de la creación de riqueza y de generación de empleo en un medio rural deprimido. Al mismo tiempo se defiende su función imprescindible en la reproducción de las especies cinegéticas y no cinegéticas y en la continuidad de ecotipos de gran biodiversidad como la dehesa; y, en su caso, como factor de regulación del exceso de algunas poblaciones cinegéticas que pueden acarrear problemas sanitarios, daños económicos y altos riesgos de accidentes. Finalmente, se rechaza la elevación a categoría general del estereotipo de la caza como práctica elitista del llamado «lobby cinegético» y se replica con la referencia a la actividad sin fines de lucro de las más de dos mil sociedades deportivas de caza andaluzas.

De esta recopilación de argumentos, forzosamente sintética, constatamos que solo en ocasiones excepcionales se mencionan en defensa de la caza los valores intangibles, pero empíricamente constatables, de naturaleza social y cultural que contiene y mantiene la actividad cinegética como práctica social de enorme profundidad temporal y amplia significación poblacional y territorial.
De ahí la decisión adoptada en 2017 de promover en Andalucía la montería y la rehala como actividades de contenido etnológico y su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC); así como la ejecución de un proceso investigador que identificara el catálogo de valores culturales de esa modalidad, investigación que se encargó, conjuntamente por la FAC, la AER y la ATC, al Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla. Su dirección científica se asignó al autor de este artículo, ponderando su doble condición de doctor en antropología y experimentado montero.


Un montero acude a marcar la res abatida

El informe técnico final que sustenta la solicitud de declaración de BIC contiene los datos empíricos resultantes del análisis de las fuentes bibliográficas, estadísticas y legislativas que demuestran la profundidad temporal, la extensión territorial, la prolija reglamentación y la red asociativa de los monteros y los rehaleros andaluces. Este documento fue sometido a un proceso de confirmación en el que participaron tanto sociedades de cazadores como ayuntamientos y diputaciones de las áreas monteras andaluzas. En el anexo se incluyen más de cien acuerdos que apoyaron la moción. Con ello se cumplió uno de los requisitos que UNESCO considera importante en las declaraciones patrimoniales: que sean resultado de iniciativas sociales que reconozcan un patrimonio inmaterial propio y no emanen exclusivamente de instancias políticas ni del criterio de expertos.
Enfoque etnográfico
Desde un enfoque etnográfico y una metodología cualitativa ese informe pone de relieve los valores culturales de esa actividad, teniendo en cuenta sus expresiones simbólicas y rituales, las formas de sociabilidad y de gestión, y los saberes y técnicas que contiene esta práctica que socialmente goza de una gran aceptación. Reconociendo que en cualquiera de las diversas formas de la montería se activan esos valores y se respetan los cánones tradicionales de roles y conductas, para nosotros resulta evidente que la montería social, responsable, sostenible y sin fines de lucro es la modalidad cinegética que de forma más nítida contiene, mantiene y transmite los valores etnológicos que constituyen una parte integrante del patrimonio cultural inmaterial del pueblo andaluz.
Del catálogo de valores culturales que se integran en el expediente, nos interesa rescatar aquí la sociabilidad, la socialización, el asociacionismo, la transmisión de conocimientos (técnicos y de valores), la apropiación cognitiva del territorio, los rituales y el léxico particular.
La primera característica a resaltar es que la montería es una actividad cinegética colectiva. La sociabilidad es un proceso que se genera a partir de la confluencia en un lugar y en un tiempo determinados de un grupo de individuos para compartir una práctica en un entorno distinto a los ámbitos y modos de la vida social cotidiana.
Entre las distintas modalidades de monterías, las organizadas sin ánimo de lucro por las sociedades deportivas de caza constituyen el marco espacial y temporal de actividad más proclive a una sociabilidad densa, reforzada a menudo por vínculos de parentesco, de amistad o de vecindad, relaciones cargadas de afectividad que son la pauta común y tienen un marcado carácter local e interclasista.
La socialización es el proceso de interiorización subjetiva de normas, conductas, prácticas y valores que cada formación social define como marco regulador de la acción social mediante el cual el sujeto social va aceptando las prácticas y adquiriendo las habilidades, pero también los valores y códigos de conducta (socialización primaria), y cuyo inicio habitual coincide con el periodo de la infancia o adolescencia y, de forma especial, en el ámbito familiar.
En el caso de la montería y la rehala se trataría de una forma de «socialización secundaria» que induce al individuo ya socializado a nuevos ámbitos del mundo objetivo de la sociedad a la que pertenece. Este proceso de socialización secundaria se construye a través de su doble componente, tanto material y técnico (saberes del «oficio» de montero y de rehalero) como ideático (valores, conductas, normas). En el primer caso, se trata de un conocimiento empírico basado en la práctica regular que proporciona la asistencia a las monterías acompañando a su mentor. El espacio para este aprendizaje es el monte y la presencia en la secuencia de fases temporales de cada montería.
Asociacionismo cinegético
La base grupal de la práctica de la montería y la rehala facilitó la eclosión del asociacionismo cinegético a partir de los años setenta del siglo pasado al amparo del nuevo marco legal. Actualmente existen más de 2000 sociedades deportivas de caza de ámbito local en Andalucía (una media de tres sociedades de caza por cada localidad). Este entramado representa el marco adecuado para la práctica de la solidaridad, de la cooperación, del debate y de la corresponsabilidad en la toma de decisiones del colectivo de socios. Una auténtica escuela de democracia directa.
Otro de los valores culturales que se genera con la práctica de la montería y la rehala es la percepción del territorio. El espacio cinegético funciona como marcador de identificación de un «nosotros» que lo usa para su disfrute, lo conserva y lo modifica al mismo tiempo, concebido como un patrimonio común, como legado de generaciones anteriores cuya conservación ecológica es su responsabilidad. Para ellos, el coto no es un «lugar de consumo», sino «un lugar de uso», y por ello se legitima una apropiación colectiva de ese espacio que se considera como propio.
Finalmente, las distintas modalidades de montería mantienen una estructura formal, que se repite de forma pautada en cada una de sus celebraciones, que configura un escenario de fuerte ritualidad. La junta y el desayuno colectivo en el lugar de reunión, el sorteo de los puestos o el proceso del tránsito a la categoría de montero («el rito del noviazgo») son pasajes del recorrido ordenado que culmina con la exposición de las piezas abatidas y el almuerzo grupal en el mismo cazadero.
En todo caso, no es casualidad que el ritual montero se inicie y se cierre en torno a una mesa. La comensalidad en las monterías adquiere en muchas ocasiones la estructura de una celebración más del calendario festivo local, con un grupo heterogéneo de participantes, cazadores y no cazadores, y con presencia de mujeres, ancianos y niños, lo que refuerza el sentido de pertenencia a un colectivo que comparte una identidad, un saber hacer y una pasión.
La producción cultural de todo hecho social se visibiliza, además, por la creación, el uso y la transmisión de un código de comunicación (verbal, gestual o sonoro) que remarca la identidad colectiva. La montería y la rehala han generado un léxico propio cuyo uso es prácticamente exclusivo.
En conclusión, frente a los discursos que promueven la prohibición de la caza como actividad retrógrada, hemos pretendido en este corto ensayo aportar nuevos argumentos sobre los que apoyar la legitimidad de la montería y la rehala como práctica cinegética regulada, controlada y sostenible. Sin obviar los impactos positivos económicos y ecológicos tantas veces incorporados al argumentario de los sectores sociales que reivindican el derecho a su práctica, queremos trasladar la idea de que somos portadores de un patrimonio cultural inmaterial que reproducimos y trasladamos como legado de nuestros ancestros y que, por ello, merece ser reconocido como Bien de Interés Cultural de Andalucía.