Revuelta rehalera
Artículo de Felipe Vegue Contreras.|
Publicado el 1 de julio de 2014 en El Heraldo de Soria.
La caza es más que un deporte, es pasión, amistad, entusiasmo, el hombre que la practica vive su día a día como cazador.
Una rehala soriana. Rehalas Los Rábanos
Hasta los requerimientos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el mundo rehalero ha soportado y se ha ido adaptando a las diferentes Normativas y Procedimientos Legales en tantos temas y de tanto compromiso, que año tras año han ido apareciendo para exigir a la rehala, el cumplimiento de diversas normas legales, algunas sin pies ni cabeza, como la famosa sentencia donde se nos englobaba sin más,como animales de producción, es decir, más en la órbita de Agricultura y Ganadería que a la de Medio Ambiente donde tradicionalmente se obtienen las Licencias y cumplimientos legales que la actividad cinegética obliga. En esta temporada 2013/14 la actividad rehalera en las dos Castillas, Extremadura y Andalucía se ha visto alterada por inspectores de Trabajo y SS, con requerimientos de adscripción al Régimen General de la SS para todos aquellos participantes en la Montería Española, casi todas en monterías que presuponían como eminentemente comerciales y que denominan "control especifico y planificado" del sector cinegético.
Peligroso es generalizar el mundo cinegético en una sola vertiente como la económica, desconocer que incluso en Monterías Comerciales hay elementos exclusivamente deportivos que intervienen y hacen posible la celebración de estos eventos, sin ánimo de lucro, deseosos de prestar servicio sin remunerar por lo que de ocio y deporte consiguen y obtienen sus participantes, nunca han pretendido estar inmersos en planes defraudatorios ni de empleo, ni de fraude a la hacienda pública como quieren hacernos creer.
La rehala siempre es deficitaria con los gastos que soporta y ahora quieren fiscalizar la ayuda en forma de propina que recibimos para intentar paliar parte de los gastos, recordemos que en diferentes sentencias (estas a favor), no aprecian el requisito de habitualidad exigido en el Decreto 2530/1970 de 20 de Agosto, pero ojo al tema, las rentas sobre el salario mínimo interprofesional pueden ser acumulativas, es decir que si el rehalero tiene ingresos por debajo de dicho salario, con la propina es muy probable que lo supere, estando entonces en la obligación de la inclusión en el RGSS y aunque no sea así, las orgánicas profesionales indican como obligatorio el alta para la contratación.
De seguir con estas exigencias, podremos ver el fracaso político que nos recuerda a épocas pasadas, aún frescas en la memoria de nuestros cazadores un Ministerio, el de la Ministra Narbona y su ya famosa Ley de la Biodiversidad, intento sin éxito implantar con una amplia contestación social dicha Ley, fue la primera vez que todo el sector y organizaciones cinegéticas marcharon unidos por una causa y manifestaron su profunda indignación por tan arbitraria e injusta Ley, hechos, que se pueden volver a repetir de seguir coaccionados por un Ministerio, al cual nunca negaremos el mantener vínculos razonables y que hasta la fecha tenemos establecidos en el sector primario de los trabajadores del campo incluidos en estos la guardería, trabajadores de granjas y fincas cinegéticas y orgánicas o empresas de gestión de caza que indudablemente participan en la montería y ya se encuentran al corriente de sus deberes.
Se dará cuenta el legislador que los objetivos que tiene en mente, acabaran en una profunda y grave crisis que de continuar persistiendo, conformaran una gran revuelta como única vía de defensa de nuestros derechos, modalidades tradicionalmente respetadas y practicadas con la satisfacción de sus practicantes, más la libertad en su práctica y con las normas legales actuales que respetan los ciclos de la Naturaleza y sus especies.
Necesitamos una rectificación inmediata de no ser así, desaparecerán rehalas que se han formado en lustros de práctica de caza en libertad con perros y que con su desaparición, muchas de las monterías que se celebran actualmente en nuestros pueblos mas recónditos, no podrán hacerlo, perdiendo por tanto sus habitantes unos ingresos necesarios para estas localidades que aparte del turismo cinegético interior y exterior, muy pocas posibilidades económicas tienen a su alcance.
La caza es un derecho adquirido de una amplia mayoría social en la totalidad del territorio Nacional, disponemos y pagamos nuestras licencias y seguros, nuestros territorios de caza, medios de transporte, vacunas, microchips, piensos, combustibles, respetamos las ordenes de veda, controlamos las especies de caza mayor, nos movemos por territorios muy desfavorecidos con pequeños negocios locales, la mayoría de gremios artesanales establecidos en zonas deprimidas tienen a los practicantes cinegéticos como clientes esenciales, además, nuestros rehaleros son personas de variados oficios y condiciones, ejercemos muy pocos días al año y por tanto no se puede considerar "forma de vida", la rehala "es lo que es" con sus definiciones y protagonistas. Ahora el Gobierno quiere obligar al rehalero a exigencias e impuestos injustificados. Pero todas las organizaciones cinegéticas unidas en la defensa de los rehaleros, pueden garantizar una larga batalla hasta lograr recuperar lo que en siglos ha sido nuestro derecho y que la inoperancia y falta de dialogo del Ministerio de Trabajo y SS, quiere cercenar.
No debemos por tanto confundirnos los representantes de los cazadores en creer tesis y enrocarnos en posturas, no separar lo que es una única realidad, no deben existir rehalas deportivas vs. Comerciales, el enfrentamiento seria de bastas consecuencias y seguro que todos saldrían perdiendo, muchas desapareciendo y otras confundiendo su sentido y cumpliendo horarios y trabajos bajo la batuta de las responsabilidades y la obligación, nunca de la afición y la pasión,hay que encontrar garantías para no excluir a unas de oficio, de terrenos deportivos y las otras de Monterías comerciales.
A nuestros rehaleros hasta ahora se les podía arrebatar y exigir casi todo, menos sus perros es la elección como última de las libertades de un mundo, que cada vez comprende menos a los cazadores, la elección del rehalero es personal, pasional y de dignidad, no podemos dejar que cambien lo que nuestras tradiciones nos han legado, tampoco buscamos un nuevo orden, sino recuperar y fijar costumbres y tradiciones perdidas en clara lucha entre cazadores y Legisladores, necesitamos a nuestros perros y con los mismos collares de siempre, no admitiremos dicotomías entre rehalas del Norte y del Sur, ni el encaje entre comerciales o deportivas.
Nos están poniendo en situaciones extremas, parados y jubilados que se les niega un derecho, la caza, adquirido por propia naturaleza, de manera que de no obtener rectificación al respecto de la obligatoriedad de darse de alta en la SS, a los rehaleros, seguirán en su derecho de defender lo que considera justo y razonable con el pleno apoyo del sector cinegético.