¡Aún estamos a tiempo de cazar grandes jabalíes y venados en
montería!
Ya está aquí febrero, y con él el final de la temporada
montera. Es el último mes para poder cobrar ese gran cochino con el que
llevamos soñando toda la campaña, o abatir ese buen venado que hasta la fecha
nos fue esquivo. ¡Aún queda tiempo para ello!
Navajero a la carrera cruzando un camino durante una
montería.
Cuando vemos que pronto se cierra el periodo hábil y aún no
hemos logrado prácticamente ningún resultado en las monterías a las que hemos
asistido, esto nos lleva en ocasiones a actuar con precipitación y a contratar
varias cacerías sin informarnos bien de cómo son y cuáles han sido los resultados
de años pasados, así como sin tener referencias directas del organizador de las
mismas.
Obrar así nos conduce de forma irremediable al fracaso casi
absoluto; nos ocurre igual que al que juega a la lotería por necesidad y, como
dice el refrán, “pierde por obligación”. Perderemos el tiempo, el dinero y las
ganas intentando conseguir en veinte días lo que no hemos podido lograr en
cuatro meses de temporada montera.
Collera de venados entre el monte.
Desesperación, chollos y suerte.
¿Por qué, si hemos contratado las monterías al final de la
primavera o al principio del verano, después de contrastar detenidamente
precios, orgánicas y fincas, nos precipitamos ahora comprando puestos para este
último mes de ejercicio venatorio?
Muchas veces es por desesperación, al ver cómo se terminan
las monterías sin resultados reseñables por nuestra parte, y otras tantas por
dejarnos llevar por los chollos de última hora, sin acordarnos de que nadie
regala nada.
Cazador en su asiento de montería, en una soleada mañana de febrero.
Particularmente no creo en la suerte y opino que somos
nosotros, con nuestras acciones y esfuerzos, los que obtenemos buenos
resultados, aunque no negaré que he conocido a bastantes monteros convencidos
de que una racha mala es consecuencia de su mala suerte, llegando a creerse
auténticos gafes. A partir de ahí, intentan acabar con esa mala racha de todos
los modos posibles y, como es natural, solamente cosechan nuevos fracasos.
También conozco a muchos monteros con fama de tener muy
buena suerte, pero en el fondo, lo que poseen es un gran conocimiento del arte
de la montería, y al utilizar ese saber adquirido, consiguen mejores
resultados.
Perros de rehala dentro de la mancha.
Análisis previo y decisiones posteriores.
A estas alturas de la campaña montera, lo que debemos hacer
es no dejarnos llevar por la desesperanza y el desánimo, pensar y actuar en
positivo y, tras estudiar detenidamente el porqué de nuestra ‘mala temporada’,
valorar los factores que sin duda habrán influido.
Primeramente, nuestra elección de las monterías en las que
hemos participado; después, la organización u organizaciones que hemos
seleccionado, ya que la seriedad de las mismas y su buen hacer son las
responsables de sus resultados; y por último, nuestras posibilidades económicas,
ya que la montería es una modalidad de caza cara, aunque siempre nos quedan las
monterías sociales si nuestro presupuesto no es alto.
Sacando un venado del monte.
Febrero no deja de ser un gran mes montero; quizás los
resultados no sean tan buenos como en noviembre, diciembre y enero, pero si lo
planeamos bien, nos podemos divertir tanto o más que en otros meses.
Ahora tenemos a punto nuestro rifle, estamos más entrenados
y ya no cometemos los errores de principio de temporada, andamos mucho más
‘finos’ en el disparo y corremos la mano con más eficacia, lo que se nota en
los resultados.
No quiero que se me olvide algo fundamental: montear o cazar
entre amigos es algo que no se debería perder nunca (hay que conservarlo,
aunque sea difícil). Conceptos como tradición, respeto y educación son
fundamentales si queremos conservar la montería.
Reses cargadas en un vehículo, camino de la junta de carnes.
El compañero de caza se convierte muchas veces en nuestro
mejor amigo, al compartir con nosotros vivencias y aficiones. Conozco muchas y
buenas peñas que, aun estando fuera del ámbito comercial, todavía respetan las
tradiciones monteras y con las que es posible cazar como antaño, rodeado de
amigos y sabiendo de campo y cómo se debe actuar.
Conclusión.
No nos precipitemos ni nos dejemos llevar por las prisas,
que todos sabemos que nunca han sido buenas consejeras. Sentémonos a pensar
tranquilamente qué es lo que queremos conseguir y cómo, evaluemos nuestros
recursos y, entonces sí, intentemos hacer realidad nuestros sueños.
El lance montero de nuestra vida está aún por llegar.
El lance montero de nuestra vida está aún por llegar, ¿por
qué no se va a presentar en las próximas semanas? Todo es posible, y más aún en
un mundo como el de la caza.
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