Al principio de la batida, antes siquiera de que se soltasen los perros y en dirección a las zonas más altas. Así se abatió este impresionante jabalí de grandes colmillos en Alicante.
El puesto de cierre le esperaba en la parte más alta de la montaña de los dominios del municipio de Tárbena. Eso requería caminar durante más de una hora, subiendo escarpadas cuestas, hasta llegar a ese lugar privilegiado.
Así lo hizo José Gabriel Fernández, responsable de Armería Polop. Tenía puestas muchas esperanzas en esta batida, a la que acude casi religiosamente cada año. Pero el día no se presentó de la mejor manera.
Fuerte viento, malo para la caza
El pasado 2 de enero el viento azotaba los montes de esta zona de la montaña alicantina con gran virulencia. Tanto que incluso amenazó con la suspensión de la batida. Las aplicaciones especializadas en medirlo apuntaban a rachas de más de 60 km/h.
Atento desde el principio
Era el principio de la batida. Los buenos jabalineros saben que es el momento elegido por los jabalíes más experimentados se borran del mapa escabulléndose por las querencias que tan bien conocen.
En un corto alivio de viento, el cazador logró escuchar un pequeño jadeo. A poco más de cien metros a su izquierda lo pudo ver zorreando entre unas zarzas cruzadas por una senda.
Un solo disparo, certero y eficaz, hizo caer al gran jabalí sobre su sombra.
Un jabalí con grandes colmillos
El cazador tuvo que esperar a que finalizase la batida para acudir junto a su jabalí. Fueron casi cinco horas interminables. Una vez a su lado, pudo comprobar el gran ejemplar que había conseguido cazar. 9,20 centímetros por fuera en cada colmillo y 2,7 de grosor. Algo que prácticamente le asegura la medalla.
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