Donde podemos leer, textualmente...
DE RE CINEGETICA
EN ALCORNOCOSAS SE VIERON MUCHAS RESES Y DEMASIADAS ESCOPETAS NEGRAS
Las 48 escopetas que asistieron a la montería de Alcornocosas se vieron sorprendidas con la hermosa manada de ganado que aparecía ante ellas, pero que a la hora de tirar desaparecían como por encanto, oyéndose algo más distante de los puestos unos disparos lejanos, que daban en tierra con las reses, según se pudo comprobar al finalizar la jornada.
Las escopetas negras; de Villaviciosa hicieron buena cacería, ya que, según noticias llegadas a nuestros oídos, por lo menos ocho venados fueron devorados en las cocinas de algunas casas del serrano pueblo.
Es conocido que los dueños de cotos suelen autorizar algunas escopetas negras a las salidas de las manchas, pero tantas y tan cerca nadie se imagina cómo pudieron existir.
¿Quién las autorizó?. Eulalio Sánchez Iñigo, el organizador del festejo, sabemos que no, pues fué el primer perjudicado.
A pesar de todo se cobraron en buena lid 17 venados y un jabalí. Los afortunados cazadores que dieron cuenta de las reses son numerosos, ya que solamente dos, don Joaquín Serena y Rafaelito Santiago, mataron dos ejemplares.
Y de uno solo el resto, hasta catorce. De ellos recordamos a Juan Sánchez Iñigo, Joaquinito Guerrero Rodríguez, el competente aficionado don Francisco Sales de la Torre, don Angel Castillo, don Rafael López de la Torre, don José Benitez y don José Ruiz. Siendo don José Molina Guerra quien dió en tierra con el jabalí, que fue todo un ejemplar.
Alegraron la fiesta los canes propiedad de don Matias García, Enrique Aluje, Juan de Dios Ollias, Pepin Molina, don Juan Calvo, Pepe Ruiz, Francisco Spinola, Eduardo Prieto, Guerrero, Natera y Molleja.
Cómo la montería fue algo particular hay que destacar algunas armadas, como, por ejemplo, la de La Alcarria, en la que hubo una escopeta que tiró a cinco venados y una loba con tres cachorros, errando todos los tiros.
Esta armada hizo fuego con sus siete escopetas, logrando tan sólo matar un venado. La que más se lució fue la armada de La Cañada del Zorro, que de doce escopetas tiraron diez y cobraron ocho piezas.
Pero lo más curioso de todo fué que la propiedad del coto eligió tres pasos, llegando a tirar un solo rifle más de 56 balas, sin que ni una hiciera blanco.
Otro caso digno de mención fue el de una escopeta que cuando tenía enfilado a un venado, a menos de cien pasos, vio como este caía herido de muerte de un balazo disparado por uno de los extraños cazadores.
Al finalizar la jornada el único tema del que se hablaba fue de las dichosas escopetas negras que con su fuego ahuyentaron y cobraron bastante caza.
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