domingo, 11 de julio de 2021

¿Por qué fallamos a los corzos?. ACE (Asociación del Corzo Español). 2016.

 Origen


En este trabajo patrocinado por la British Deer Society (www.bds.org.uk) y publicado en PlosOne, se comenta que existe poca información sobre los factores que determinan la precisión de tiro y la tasa de animales heridos en condiciones de campo en el Reino Unido. Y mucho menos en España, pienso yo.

Los autores explican como una muerte rápida del animal, preferiblemente de un solo disparo, es indispensable para el bienestar animal durante la caza. Caza necesaria por muchos motivos, como desarrollan excelentemente en la introducción del trabajo.

Aquí muestran los datos de 2.281 disparos de 102 recechistas sobre varias especies de cérvidos. Analizan la posibilidad de que el disparo dé en el blanco, y, si lo hace, de que el animal muera en relación con 24 variables diferentes.

El disparo acertó en el 96% de los casos y falló en el 4%. ¡Envidiable porcentaje, digo yo!

En definitiva el 89% del total murieron tras el primer disparo y el 7% quedaron heridos; el 6% murió de un segundo o posterior disparo y el 1,2% escapó y no se encontró.

No existieron diferencias en los fallos entre las especies (ciervo rojo, corzo, sika, muntjac, gamo).

¿Y cuáles fueron las variables (los factores) que influyen en que se falle más?
  1. Posición de disparo incómoda
  2. Poco tiempo disponible (disparo precipitado)
  3. Disparar a pulso (sin apoyo).
  4. Apuntar a la cabeza o a la parte superior del cuello
  5. Poca luz
  6. Blanco lejano
  7. Disparando a una hembra
  8. Practicar poco
  9. No tener poca o ninguna calificación como recechista


¿Y por qué se hiere más?
  1. Posición de disparo incómoda
  2. Poco tiempo disponible (disparo precipitado)
  3. Blanco lejano (sólo cuando el tiempo no era suficiente)
  4. Un peso de bala por debajo de 75 grains
  5. Un objetivo oculto entre matorrales o en movimiento
  6. Una zona de rececho poco conocida
El artículo presenta muchos datos muy interesantes. Me voy a centrar en solo una de las variables que determina el fallo: la distancia al objetivo (Figura C). La probabilidad de un disparo de acertar su objetivo se redujo cada vez más con la distancia, desde el 95% (a distancias menores de 75 m) al 91% (a distancias entre 75 y 149 m), hasta el 83% (a distancias de más de 150 m). A partir de 300 m no hay datos; parecer ser que los recechistas del Reino Unido no tiran a distancias más largas. Quizás este dato, entre otros, explica sus altas probabilidades de acierto.


Los autores dan algunos buenos consejos para los cérvidos y para los cazadores:
  1. Elegir una posición cómoda de tiro.
  2. Evitar disparos “a pulso” o manos libres, usar un soporte (por ejemplo, varas, bípode).
  3. Apuntar hacia el pecho o la parte inferior del cuello.
  4. Utilizar balas más pesadas de 75 grains.
  5. Evitar el tiro cuando no hay tiempo suficiente.
  6. Disparar a un animal distante sólo si hay tiempo suficiente. ¡Pero atención lo que ellos consideran “distante”: 150 m!
  7. Disparar al animal cuando está parado.
  8. No disparar a un animal que con poca luz o en la espesura.
  9. Tener un cuidado especial cuando el terreno no es bien conocido.
  10. Llevar a cabo una práctica de tiro al menos una vez al mes.
En fin, todo muy razonable y ahora científicamente probado. Así que ¡a cumplirlo!

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