lunes, 5 de abril de 2021

Cazar o no cazar lobos, esa es la cuestión. Juan Delibes. ABC de la Caza. 5 de abril 2021.

Origen 

En España y en el mundo hay un conflicto visceral entre partidarios y detractores de que esta especie sea protegida.

Imagen del libro 'La Quinta Manada. El lobo ibérico, de la sierra de la Culebra a la Guadarrama - Antonio Herrero Carretero.

Juan Delibes


Me pide Pablo Capote mi opinión acerca de que el lobo sea especie estrictamente protegida, y me cuesta escribirla puesto que soy consciente de que en España y en el mundo hay un conflicto visceral entre partidarios y detractores que, seguramente, al que más perjudique es al propio lobo. No me gustaría que mis palabras fuesen más leña para la hoguera.

Vaya por delante que no tengo ningún interés personal en cazar un lobo, y ni siquiera en que lo cacen otros. Deseo como conservacionista que en España haya una población lobera estable sin necesidad de provocar las tensiones que sufrimos, ni que haya sectores perjudicados. Creo que mi objetivo es el mismo que el de los conservacionistas a ultranza, pero el camino que propongo es diferente. Como biólogo, cazador y creo que buen conocedor de campo de la realidad del lobo, creo que si la especie se protege habrá una cifra muy inferior de lobos a la actual. El sistema que hemos seguido hasta ahora y que ha permitido a la población de lobos recuperarse ha funcionado y se puede mantener.

Me hace gracia que se considere que el lobo es una pieza de caza en España. Imagino que la opinión pública creerá que cualquier cazador tiene derecho a tirotear un lobo en cuanto lo vea. Como titular de cotos en terrenos loberos diría que la presunta caza del lobo es un mito, ya que es tan sumamente restrictiva que no se puede considerar tal. En Castilla y León, donde hay más de 6.000 cotos de caza, tan solo se adjudican unas decenas de permisos para otros tantos cotos. Pero además el afortunadísimo titular agraciado debe elegir si quiere usarlo en un día de batida o bien en rececho. En este último caso está obligado a llamar a la Junta de Castilla y León el día anterior... como si el cazador se hubiese citado con el propio lobo para proceder a su caza. Entre las restricciones y dificultades burocráticas, y las inherentes a cazar un lobo en una sierra agreste, la realidad es que los titulares de cotos reportan una cifra bajísima de ejemplares cazados, que podría ser cercana al 2 % de los 2.000 lobos que alberga la población castellanoleonesa. Una caza simbólica que bien podría mantenerse, puesto que además de ser inocua para el lobo relajaría las tensiones con los ganaderos.

En Francia el lobo estaba extinto y reapareció en los Alpes en el año 1992. Nuestros vecinos no han dudado en cazarlo para mitigar los daños a la ganadería. En los últimos años se han abatido alrededor de 100 ejemplares por temporada, de los 580 que ya alcanza la población. El Estado busca eliminar anualmente un 21% de la población, y aun así el crecimiento se mantiene. En Alemania también estaban extintos y se reintrodujeron en algunas zonas en el año 2000. Los lobos provocan alrededor de 2.000 víctimas anuales entre ovejas y vacas, y el Gobierno ha permitido a los ganaderos afectados que abatan lobos sin apenas limitaciones. La población, que ya alcanza los 400 ejemplares, continúa creciendo. Portugal, sin embargo, ha protegido a ultranza al lobo y es prácticamente el único país de Europa donde la población no se asienta y disminuye. Inquieta ver que en Andalucía y Extremadura, donde las poblaciones eran residuales y también se las ha protegido, prácticamente se han extinguido.

Tengo claro que la razón de prohibir la caza del lobo no obedece a criterios técnicos de mantener o aumentar la población, sino a aspectos que algunos consideran éticos y estéticos. Hay un matiz fundamental que lo explica: parece muy claro que tratar al lobo como ‘pieza de caza’ ya no es políticamente correcto en el mundo entero, y si se caza debe ser caza ‘de gestión’ o ‘por daños’, como ocurre en Francia o Alemania. Del mismo modo, en periodo Covid y a nivel general solo se ha autorizado la caza ’de control de poblaciones’... por parecer frívolo que alguien mate por «placer» o «esparcimiento». No comparto estos eufemismos a los que nos vamos a tener que acostumbrar los cazadores a partir de ahora. No me gusta escuchar que cazo por ‘placer’ ni por ‘ocio’; y prefiero pensar que es porque no he perdido, como otros, el instinto que siempre nos ha caracterizado. No me extrañaría que la ‘caza de gestión’ comience por el lobo, siga por los ciervos y termine con todas las especies cinegéticas. En cualquier caso, de confirmarse su inclusión en la lista de especies protegidas, lo sentiría por ti, querido lobo.

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