Ayer lunes 16 de noviembre salió publicado el artículo, se supone de opinión, titulado "Los dueños de la caza" en el periódico El Mundo. Un gran alarde con nada menos que 12 páginas y titular en la portada del diario.
Hay quien ve detrás de este tendencioso y retrógrado artículo una "mano negra" con oscuras intenciones, otros en cambio opinan que las intenciones son claras, aunque ambas posturas desconocen quien financió, aportó datos, ayudo y sobre todo faltan las fuentes reales de este pretendido artículo de investigación.
Para mi es un claro ejemplo de manipulación y desinformación para atacar a la caza, que desde luego no es lo que nos intentan hacer ver en este panfleto, una actividad practicada por grandes terratenientes y gentes con mucho capital.
La caza no es lo que nos enseñaron en películas como "Los santos inocentes" o "La escopeta Nacional", la caza es otra cosa y los cotos de caza también. En estos cotos se desarrollan muchas otras actividades agrarias y ganaderas, de recreo y de hostelería que son esenciales para el desarrollo del mundo rural.
Si hablamos de los grandes latifundios de caza mayor en ellos también existe una gran biodiversidad tanto animal como vegetal, favorecida por su aislamiento y cuidado. No podemos olvidar que por ejemplo las mayores concentraciones de linces en libertad se dan en estas fincas dedicadas en parte a la caza mayor, ya que se dan dos condiciones imprescindibles para que prosperen, tranquilidad y comida.
Cotos donde residen multitud de especies protegidas a las que no se les molesta y en los que la caza y conservación se unen gracias a los planes de gestión de las mismas. Pero claro está, estas cosas las desconocen los urbanitas que solamente pisan el campo los fines de semana y cuya película de cabecera es "Bambi".
La mayoría de los cotos en España no son grandes latifundios ni sus dueños son grandes terratenientes, la caza que en ellos se practica suele tener un alto contenido social y en los mismos se practican muchas otras actividades, ganaderas, forestales, agrícolas, de turismo rural y un largo etcétera. La propiedad privada usa su propio dinero para sacar adelante sus explotaciones al contrario que las propiedades pública que usan el dinero de todos y que muchas veces no están bien gestionadas. Unas y otras tienen cedidos parte de sus terrenos para uso cinegético de sociedades de cazadores principalmente. Estas actuaciones cinegéticas generan muchos miles de euros al estado todas las temporadas, aparte de dar empleo a miles de personas y recursos a muchas pequeñas comunidades que sin estos recursos generados por la caza no podrían subsistir.
No creo que exista una actividad más regulada que la de la caza y con más legislación al respecto y aún así muchas personas desconocedoras de esta situación piden aún más restricciones a la actividad, cuando no su prohibición apoyados por esos agentes sociales que desconocen en absoluto el mundo rural.
A los cazadores nos falta apoyo tanto político como de la ciudadanía. Falta información clara que se pueda transmitir a la sociedad, desmitificar los bulos, mentiras, prejuicios y demagogia sobre la caza, falta formación a los propios cazadores para adaptarse a los nuevos tiempos y sobre todo falta unión entre nuestro colectivo cazador. Cuando logremos estos objetivos lograremos recuperar el prestigio perdido por la caza.
Os pongo a continuación el artículo y dejo a vuestra opinión que os parece el contenido del mismo.
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