viernes, 24 de junio de 2022

Caza un jabalí de 21 centímetros de colmillo en una plantación de cerezos. Club de Caza. 24 junio 2022.

Original


Javier Fernández

El impresionante animal, de más de 100 kilos de peso, portaba en su boca unos largos y gruesos colmillos de 21 y 19,5 centímetros, mientras que su amoladera izquierda medía 15,5. El enorme jabalí estaba ocasionando cuantiosos daños en los troncos de los árboles frutales y comiéndose la cosecha.

El experimentado esperista logró abatir a este viejo y astuto ejemplar este fin de semana después de más de tres meses tras su pista.

Jorge César junto al jabalí de 21 centímetros de colmillo

Una vida dedicada a la caza

Jorge César Afonso es un cazador que ha convertido la caza en su modo de vida. El esperista portugués es propietario de unas orgánica de caza que organiza cacerías en Europa y África. Jorge también es un reconocido criador de perros de las razas podenco portugués de talla grande, gran sabueso anglo-francés y grifón azul de Gascuña.

Tres meses tras las huellas de un gran jabalí

El cazador detectó la presencia de este impresionante ejemplar hace más de tres meses en uno de los acotados que gestiona en Trás-os-Montes, provincia histórica de Portugal situada en el noreste del país. El hecho del inicio de la temporada de la caza del corzo le impidió intentar su caza hasta principios de junio. Jorge tenía que cumplir sus compromisos profesionales con sus clientes.

El cazador es un apasionado de las esperas al jabalí.

A pesar de estar trabajando de lunes a domingo, aprovechaba las horas de descanso a mediodía de los recechistas que habían contratado sus servicios para buscar rastros frescos del macareno. Una vez finalizados sus compromisos laborales se encomendó la tarea de abatir a este gran jabalí. El lugar elegido para aguardarlo fue una zona de cultivos frecuentada por los cochinos en primavera y verano. En las primeras esperas el animal burló al cazador, pero la experiencia cinegética de Jorge posibilitó su abate.

El enorme jabalí fue abatido por el cazador de un certero disparo en el corazón

Una mañana detectó las huellas y las marcas de los colmillos del solitario en los troncos de los árboles de una plantación de cerezos. El animal a tenor a sus pisadas visitaba los árboles frutales a diario para alimentarse de los jugosos frutos. El sábado por la noche se ocultó en el interior de un zarzal, que había acondicionado previamente, horas antes del anochecer.

Nada más oscurecer varios grupos de jabalinas junto a sus rayones se alimentaron de los frutales. A las 2:30 horas, el macareno entró en plaza. Tras bañarse en un charco de lodo producto de un tubo roto de la instalación de riego por goteo se dirigió hacia uno de los cerezos. Se irguió sobre sus patas traseras y se dispuso a alimentarse de los frutos.

Dos de los perros que serán el futuro de las cacerías de Jorge.

El esperista aprovechó ese instante para apretar el gatillo de su rifle de la marca Bergara del calibre .308 Winchester Magnum equipado con un visor ATN LTV. El jabalí se derrumbó a 130 metros de distancia en cuanto impactó la bala en su cuerpo. A pesar de la efectividad del disparo, se reincorporó para volver a caer a 80 metros. El proyectil había impactado en el corazón del cochino.

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