jueves, 23 de junio de 2022

El juicio por la muerte de un niño en una montería en Guillena en 2019 será en octubre de 2025. El acusado está en libertad. Iba como acompañante, se salió de su puesto para disparar y utilizó munición prohibida. Diario de Sevilla. 23 de junio 2022.

 Origen

Entrada al coto privado de caza donde murió el niño. / VÍCTOR RODRÍGUEZ

REYES ROCHA

La muerte de un niño de cuatro años por el disparo de un cazador en una montería en Guillena será juzgada seis años después. En concreto, el juicio ha sido señalado para el 31 de octubre de 2025. El acusado, Luis G. se enfrenta a cuatro años de cárcel por un delito de homicidio imprudente solicitado tanto por la Fiscalía como por la acusación particular que representa a los padres del menor. El cazador reconoció que efectuó el fatal disparo en su escrito de defensa, pero niega el delito.

Además la Fiscalía solicita que el acusado, conjunta y solidariamente con dos aseguradoras, indemnicen a los padres del menor con 228.000 euros, una cantidad que sube hasta los 415.584,38 euros solicitados por la acusación particular.

Según la Fiscalía, aquel fatídico 19 de enero de 2019, se organizó una montería en la finca Las Lapas, situada en el Paraje Siete Cerrillos, en Guillena. De las cuatro armadas (línea de cazadores) existentes, una llamada El Poste, tenía cinco puestos. En el primero de ellos estaba el acusado y en el segundo, además de dos cazadores, un hombre con su hijo de cuatro años. La distancia entre ambos era de 128 metros y, por la orografía del terreno, si se cumplían las normas, era imposible que un disparo desde el puesto 1 llegara hasta ninguno de los otros de la misma armada. El Ministerio Público señala en su escrito que la munición empleada por el acusado, cartuchos de posta, está prohibida en la caza.

Las reglas eran conocidas por todos los participantes en la montería. Según la Fiscalía, uno de los organizadores las explicó antes de que los cazadores se colocaran en sus puestos: básicamente, que no se podían mover de su sitio y que los disparos debían de ser siempre hacia la tierra. Incluso se les repartieron una tarjeta donde se señalaba expresamente esas prohibiciones.

"Despreció las instrucciones"

Sin embargo, Luis G. "deseoso por capturar un jabalí", "hizo caso omiso a las indicaciones recibidas, cargando su escopeta despreciando las instrucciones dadas por la organización pese a conocer los graves riesgos de abandonar su puesto" , afirma la Fiscalía. Se salió 25 metros de su posición hacia la zona más alta y disparó en dirección contraria a la que los organizadores le habían indicado. Las postas impactaron en el niño de cuatro años que estaba con su padre y abuelo en el puesto número 2. Los testigos declararon ante el juez de instrucción que el menor nunca se movió de su sitio.

La acusación particular, ejercida por Rosario Serrano en representación de los padres, coincide en casi todo con la Fiscalía en su exposición de los hechos, aunque añade un detalle importante. El acusado iba en calidad de acompañante, por lo que en ningún caso debería haber disparado. Además, varios testigos declararon durante la instrucción que al acusado ya se le llamó la atención porque estaba en un lugar que no correspondía a su puesto.

Asimismo, afirma que el acusado no facilitó la munición utilizada de manera voluntaria, si no que se encontró tras una inspección en el vehículo en el que viajaba.

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