Los integrantes del Club de Caza Los Vallucos cierran una temporada de ensueño abatiendo este fin de semana un macho que llevaba más de un año poniendo en jaque a cazadores y perros. Con los 4 ejemplares cazados el domingo han alcanzado la cifra de 189 cochinos abatidos.
El pasado año, esta cuadrilla de amigos con sede en el municipio cántabro de Polientes, capital del municipio de Valderredible, capturó 238 ejemplares. Todos ellos en fincas abiertas. Los cazadores gestionan una extensión superior a 27.000 hectáreas repartidas en diferentes cuarteles de caza en la zona sur de la región de Cantabria y la zona norte de Palencia.
La cuadrilla de cazadores ha abatido esta temporada 189 jabalíes
Los cincuenta cazadores, 44 monteros y 6 rehaleros, que forman parte de Los Vallucos, cerraron este fin de semana la temporada de caza en Aguilar de Campoo, localidad de la provincia de Palencia. Los monteros eligieron esa zona de caza para tratar de abatir por enésima vez un enorme jabalí que había burlado a cazadores y perros en multitud de ocasiones.
Nada más soltar los canes, comenzaron las ladras. En la mancha había un buen número de cochinos a pesar de la presencia de los lobos. Los miembros de la cuadrilla de Los Vallucos, al igual que otros cazadores del norte de España, han visto como han disminuido notablemente las piezas abatidas como consecuencia de la depredación del lobo. En el caso de los monteros cántabros, los cochinos han desaparecido practicante de sus acotados en el norte de Palencia.
Impresionante imagen del trofeo del jabalí. A la derecha, Bimba, la hembra de border collie que caza el jabalí con la cuadrilla cántabra.
El trabajo de los perros tras el jabalí
Los perros de José Emilio, sabuesos españoles y una hembra de border collie de nombre Bimba, pararon al macho en un extenso zarzal. Tras varios minutos de dura lucha, la valentía del perro pastor obligó al macareno a abandonar la maleza. Mario, uno de los cazadores que se encontraba en las posturas, abatió al impresionante macho de un certero disparo.
El ejemplar pesó 109 kilos y portaba en su boca unos largos colmillos que sobresalían de su mandíbula inferior 10 centímetros. Un brillante colofón para una excelente temporada de caza.
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