viernes, 25 de diciembre de 2020

Caza un jabalí de colmillos descomunales al que tuvo que tirar tres veces. Publicado en Cazavisión el 22 diciembre 2020.

Pau Solé fue el joven aficionado que cazó este gran jabalí durante una batida en Lleida. Hasta tres tiros hicieron falta para que cayese. La boca del animal, especialmente los colmillos, era de escándalo y casi con seguridad será medalla de oro.

Caza un jabalí con unos colmillos descomunales al que tuvo que tirar tres veces
Pau Solé junto al tremendo jabalí que cazó en Lleida.

El joven cazador catalán Pau Solé abatió recientemente un jabalí que difícilmente podrá superar. Fue durante una batida en la zona de Llavorsí, un pueblo del Pirineo de Lleida. Y es que los colmillos y la boca de este marrano que apunta al oro eran realmente descomunales. Él mismo nos ha detallado los detalles del lance.

Un cazadero repleto de jabalíes

Se juntaron aficionados de varias cuadrillas en un gran cazadero llamado 'Solà de Montenartro'. Según nos explica el joven, aquí siempre se mueve mucho jabalí. “Aquel día la gente se quedó alucinada”, añade. En la batida terminaron cazando 26 guarros.

Pau, junto a sus amigos Ángel y Víctor, se echó al monte con los perros. En un instante, uno de los podencos se detuvo y comenzó a ladrar al lado de un barranco. Otras de las podencas, que venía de una ladra, se metió entre los matorrales.

De pronto, el enorme jabalí salió de la vegetación y se llevó dos perros por delante, aunque por suerte sin daño alguno. En ese momento, Pau reconoce que no se dio cuenta de los colmillos del animal. Explica que se le apareció a unos ocho metros, así que lo encaró con el rifle. Pero la densa maleza dificultaba el tiro.


El guarro estaba a pocos metros del cazador, y poco a poco se iba cercando más. Pau pensó que iba directo a por él y se colocó tras una encina. Pero a metro y medio, el cochino cambió el rumbo. Pau disparó, aunque el suido no cayó. No obstante, se paró en seco. Tras encularse junto a una peña, el jabalí y los perros estuvieron un rato mirándose cara a cara. Parece que el cochino andaba tocado, porque no arremetió mucho contra los canes. Ahí es cuando Pau se dio cuenta de la tremenda boca que tenía.

Como pudo, Pau se subió a una roca para tener mejor visión y poder tirar sin crear tampoco peligro para los perros. Con el segundo tiro le dio en la paletilla, pero el animal “como si nada, ni se enteró”. Los perros seguían asediando y, según pasaban los segundos, al jabalí le empezaban a flaquear las fuerzas. Pau le gritó, el animal sacó un poco la cabeza y le disparó por tercera vez. Este fue el definitivo.

Pau bajó de la roca y se acercó a sus perros, cerciorándose en todo momento que no sufrían ningún daño. Aunque cansados, estaban sanos y salvos. Cuando se acercó al guarro, no se lo podía creer. Hasta ese momento, Pau Solé había cazado jabalíes grandes, pero ninguno con esta descomunal boca.


Tras hablar con sus amigos Ángel y Víctor, que tienen más experiencias con los jabalíes, aseguran que será medalla de oro. Las fotografías que el mismo Pau nos envía, dan fe de ello. Aunque las amoladeras son buenas, los colmillos son realmente escandalosos, ya que tienen mucha longitud y una enorme anchura. Su taxidermista, Robert Lassa de Taxidermia Borges, sacó las defensas y ahora se encuentran a la espera de ser homologadas.

A pesar de las buenas hechuras que presenta este jabalí, Pau insiste en que su mayor trofeo es poder disfrutar cada día de las jornadas cinegéticas con sus amigos y sus perros, que son como de su familia. 

Texto: Manuel L. Luengo / Fotos: Pau Solé

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