lunes, 8 de marzo de 2021

Se triplica el número de licencias de caza de mujeres en los últimos años. La Gaceta de Salamanca. 7 de marzo 2021.

 Origen

“Hemos pasado de ser acompañantes a ser protagonistas”, aseguran.

La vicepresidenta de la delegación de caza de Salamanca, Lorena G. Vizcaíno, con un impala en su viaje a Sudáfrica.

Lorena G. Vizcaíno
Vicepresidenta de la Delegación de caza de Salamanca

Desde el origen de la especie, tanto hombres como mujeres han empleado la caza como medio para sobrevivir y desde que el ser humano comenzara su andadura y desarrollo hacia lo que es en la actualidad Homo sapiens sapiens, hace ya unos cuantos millones de años, hemos podido observar como se utilizaban diferentes técnicas de caza que se fueron desarrollando con el paso del tiempo hasta nuestros días. Se ha generado, más bien por inercia, la idea global de que la mujer quedaba a cargo de la prole mientras que el hombre salía a cazar. Dicha teoría no es del todo cierta, ya que hay numerosas investigaciones que avalan lo contrario. La mujer cazaba del mismo modo que lo hacía el hombre, para subsistir.

Actualmente, somos muchas las mujeres que practicamos la actividad cinegética, y aquí me incluyo. Se calcula que en los últimos años en España se ha triplicado el número de mujeres cazadoras. Hemos pasado de apenas un 1 % de hace dos décadas a cerca del 3 % a día de hoy.

La mujer siempre ha estado presente en la caza, pero ha sido desde hace relativamente poco tiempo cuando se ha producido un cambio significativo en el papel que desempeña.

Años atrás, era habitual vernos como acompañantes de familiares y amigos en jornadas de caza. Hoy en día, somos parte activa de la caza. Plenas protagonistas de nuestra afición. Cazadoras independientes e individuales, lo cual quiere decir que nuestra aportación ya no se limita meramente al acompañamiento, si no que desempeñamos la actividad cinegética por nosotras mismas. Hemos pasado de ser acompañantes a poder ser acompañadas.

En el presente, debido al gran influjo de las diferentes redes sociales, tenemos mayor visibilidad, pero ojo, no caigamos en el error de que para ser cazadora hay que ser influencer o exponerse mediáticamente, ya que detrás del foco, hay gran cantidad de mujeres que realizan su actividad en el anonimato. A todas ellas, tanto influencers, a las que nos exponemos y a las que no, sin duda las animo a que se federen. Tenemos que hacernos oír, nuestra opinión cuenta, y que mejor modo que estar representadas.

Cada vez somos más las mujeres que nos implicamos y apostamos por la caza como pasión y ya no resulta tan raro encontrarnos con casos donde la desarrollan incluso como profesión. Mujeres gestoras, mujeres orgánicas, mujeres que intentan abrirse camino en un mundo todavía difícil pero cada vez más igualado. Sin duda se está produciendo un gran cambio, acompañado de un relevo generacional que de manera progresiva va equiparando a hombres y mujeres en la práctica de esta actividad, aunque queda mucho camino por recorrer. Yo soy federada.

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