jueves, 4 de marzo de 2021

Video: Grandes disparos a jabalíes. Aimpoint Hunters. Aimpoint Europe official.

 Origen

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La historia del jabalí se remonta a hace más de 11 000 años en Suecia. Se extinguieron pero fueron reinstalados en granjas de jabalíes. Las fugas de estas granjas en las décadas de 1970 y 1980 establecieron una población en rápido crecimiento, principalmente en el sur de Suecia. En la mayor parte de Europa, las poblaciones de jabalíes han ido en aumento desde la década de 1970. Según las estadísticas de caza de la Asociación Sueca de Caza, la cepa de jabalí se duplicó en menos de tres años en Suecia durante la década de 2000. La gestión de la población de jabalíes mediante la caza dirigida es fundamental.

A medida que aumenta la población de jabalíes, aumenta el número de accidentes de tráfico con los animales. Los jabalíes también son susceptibles a las enfermedades, especialmente si la población es demasiado densa. La más grave es la peste porcina, que también puede infectar a los cerdos domésticos (pero no a los humanos). El jabalí tiene la costumbre de dañar los cultivos y el manejo del jabalí mediante la caza ayuda a evitar que destruyan las tierras agrícolas. La colaboración entre cazadores y agricultores es un esfuerzo importante para evitar problemas extensos. Es un hecho que los niveles actuales de caza recreativa son insuficientes para limitar el crecimiento de la población de jabalíes. El impacto relativo de la caza en la mortalidad de los jabalíes ha disminuido y actualmente no es suficiente para prevenir la expansión de la población con impactos negativos cada vez mayores.

Aunque necesitamos manejar la cepa de jabalí, la caza de jabalí debe llevarse a cabo con alta ética, al igual que con toda la caza. El cuidado que damos a los animales salvajes, la forma en que llevamos a cabo la caza en sí, la forma en que matamos al animal y cómo tratamos la caza sacrificada, está contenido dentro del concepto de ética de la caza. Los cazadores ven el juego como un recurso que debe gestionarse con una perspectiva a largo plazo.

Más información: https://jagareforbundet.se/

The history of wild boar dates back to over 11 000 years ago in Sweden. They became extinct but were reinstated on wild boar farms. Escapes from these farms in the 1970s and 1980s established a rapidly increasing population, mainly in the south of Sweden. In most parts of Europe the wild boar populations have been growing since the 1970s. According to the hunting statistics of the Swedish Hunting Association the wild boar strain doubled in less than three years in Sweden during the 2000s. Managing the wild boar population through driven hunt is essential.

As the wild boar population grows stronger, the number of traffic accidents with the animals increases. Wild boar are also susceptible to diseases, especially if the population is too dense. The most serious is swine fever, which can also infect domestic pigs (but not humans). Wild boar have a habit of damaging crops and the managing of wild boar through hunting helps preventing them from destroying agricultural land. The collaboration between hunters and farmers is an important effort to avoid extensive problems. It is a fact that current levels of recreational hunting are insufficient to limit the wild boar population growth. The relative impact of hunting on wild boar mortality has decreased and is currently not enough to prevent the expanding population with increasing negative impacts. Even though we need to manage the wild boar strain, wild boar hunting should be conducted with high ethics, just as with all hunting. The care we give to the wild animals, the way we conduct the hunting itself, the way we kill the animal and how we treat the killed game, that is contained within the concept of hunting ethics. Hunters see the game as a resource to be managed with a long-term perspective. 

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