Manuel, rehalero de tan solo cuatro años, es un gran apasionado a la caza y a los perros. Acompaña todos los días a su padre a cuidar y alimentar a los canes que forman parte de su rehala.
Javier Fernández
Hijo y nieto de rehaleros, suplica a su padre que le lleve junto a los perros de su rehala cada día. A pesar de su corta edad, es el mejor ayudante en el cuidado de la rehala onubense Hermanos Campi. Y llora cuando no puede acompañarlos a montear junto a ellos.
Una saga de rehaleros
Su padre y su abuelo le han transmitido a este joven rehalero su amor por el campo y por los perros. A pesar de su corta edad, ya es consciente de la dedicación y de lo sacrificada que es la vida del perrero. No todo es salir de montería con los perros y disfrutar de los lances que deparan las jornadas. Es una vida consagrada a sus perros, que dependen de ellos. Por desgracia, muchas veces llena de sin sabores y malos momentos, no todo es felicidad.
La verdad de la rehala
Manuel quiere desmentir a aquellos que intentan dañar la imagen del rehalero diciendo que no cuidan a sus perros. Y nos envía un precioso vídeo del niño preparando la comida de la rehala. Esos que critican están totalmente equivocados. El buen perrero, como Manuel, vive y daría la vida por sus perros.
Por otra parte, reclama a aquellos que en el mundo cinegético aún no reconocen el trabajo que realizan con sus perros, que de una vez por todas valoren a estos monteros de a pie, ya que sin ellos la montería española no sería posible.
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